jueves, 21 de marzo de 2024

El bote vacío

 

Un monje decidió meditar solo, lejos de su monasterio.
Tomó su bote hasta el centro del lago, lo amarró allí, cerró los ojos y empezó a meditar.
Después de unas horas de silencio, sintió el repentino golpe de otro bote chocando con el suyo.
Con los ojos aún cerrados sintió que su ira aumentaba.
Estaba listo para gritarle al barquero que tan descuidadamente había perturbado su meditación,
Pero, cuando abrió los ojos, se sorprendió al descubrir que se trataba de un bote vacío el que había golpeado al suyo.
Probablemente se había desatado y flotaba hacia el centro del lago.
En ese momento, el monje tuvo una gran revelación.
Comprendió que el enojo estaba dentro de él; sólo necesitaba el golpe de un objeto externo para sacarlo fuera de él.
A partir de entonces, cada vez que encontraba a alguien que lo irritaba, se recordaba a sí mismo, que la otra persona no era más que un bote vacío:
La ira estaba dentro de él.
Sé consciente de tus emociones y sé gentil contigo mismo.

Tomado de Internet.

Publicado por JEAC.

viernes, 9 de febrero de 2024

20 Reglas para ser un adulto mayor feliz

 

01- No te metas en la vida de tus hijos.

02- No interfieras en la educación de tus nietos.

03- Ama o al menos tolera a tu yerno/nuera, pues fue tu hijo(a) quien escogió.

04- Nunca tomes partido ni des tu opinión sobre el matrimonio de ellos. *Se prudente*.

05- No seas un anciano quejumbroso ni con pena de sí mismo. Menos un amargado.

06- No digas: "EN MI TIEMPO...""Antes...","Cuando era joven". Eso ya se acabó. *Tu tiempo es ahora*.

07- Ten planes para el futuro.

08- No sigas hablando de enfermedades.  Ten la seguridad que nadie quiere saber.

09- No importa cuánto ganes, ahorra una parte cada mes, aunque sea poco.

10- No pagues cuotas mensuales, los adultos mayores no deben pagar más créditos ni tarjetas de crédito. *Paga al contado*

11- Ten un seguro de salud o ahorra dinero para gastos médicos.

12- No dejes "problemas" para los hijos.*Ordena tus propiedades y documentos*

13- Ve la televisión o periódicos sólo para entretenerte, no te preocupes de la política ni de las noticias, porque nada puedes hacer!!!

*No te estreses ni te preocupes.*

14- Si te gusta, ten una mascota que te acompañe.

15- Cuando te levantes, inventa algo *Que te ocupe, no que te preocupe*. Camina, usa bicicleta, deporte, cocina, cose, jardín, lee, escucha música, pero no te quedes quieto esperando la muerte.

16- Sé un anciano limpio y oloroso. *Adulto Mayor Sí, apestoso jamás*. Trata de no usar ropa muy vieja.*Como te ven, te tratan*.

17- Si puedes y quieres, aprende nuevas cosas: un nuevo idioma, usar la computadora, leer libros, etc., al final la Inteligencia Artificial ya llegó y te va a ayudar mucho...

18- Alégrate por continuar envejeciendo, muchos ya se quedaron por el camino.

19- Diviértete. *Sonríe y bromea, haz reír.* Una sonrisa mejora el día de cualquier persona. Evita el mal carácter; no maltrates, no grites ni seas renegón(a)

Finalmente, la #20:

*¡SÉ FELIZ!*

Tomado de la web.

Publicado por JEAC.

sábado, 6 de enero de 2024

La Leyenda del Cuarto Rey Mago

 


LA LEYENDA DEL CUARTO REY MAGO

Hay una leyenda que, sin ser parte de la Revelación, nos enseña lo que Dios espera de nosotros:

Se cuenta que había un cuarto Rey Mago( ARTABÁN), que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió seguirla.
Como regalo pensaba ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas preciosas.
Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que iban solicitando su ayuda.
Este Rey Mago las atendía con alegría y diligencia, e iba dejándoles una perla a cada uno.
Pero eso fue retrasando su llegada y vaciando su cofre.
Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables y no podía dejarlos desatendidos.
Se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas y luego procedía su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido.
Sucedió que cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y el Niño había huido con sus padres hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo.
El Rey Mago siguió buscándolo, ya sin la estrella que antes lo guiaba.
Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño y ayudando a los necesitados.
Hasta que un día llegó a Jerusalén justo en el momento que la multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre.
Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar.
Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, podía ver en sus ojos el brillo de la estrella.
Aquel miserable que estaba siendo ajusticiado era el Niño que por tanto tiempo había buscado!!
La tristeza llenó su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo.
Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, ya era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz.
Había fallado en su misión...
Y sin tener a dónde más ir, se quedó en Jerusalén para esperar que llegara su muerte.
Apenas habían pasado tres días cuando una luz aún más brillante que la de la estrella, llenó su habitación.
¡Era el Resucitado que venía a su encuentro!
El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba y extendió su mano mientras hacía una reverencia.
Jesús le tomó tiernamente y le dijo:
“Tú no fracasaste.
Al contrario, me encontraste durante toda tu vida.
Yo estaba desnudo, y me vestiste.
Yo tuve hambre y me diste de comer.
Tuve sed y me diste de beber.
Estuve preso, y me visitaste.
Pues yo estaba en todos los pobres que atendiste en tu camino.
¡Muchas gracias por tantos regalos de amor, ahora estarás conmigo para siempre, pues el Cielo es tu recompensa!

Tomado de Internet.

Publicado por JEAC.

jueves, 30 de noviembre de 2023

El pino solitario

 

Había una vez un pino solitario que creció en medio de un extenso bosque de álamos, también conocidos como álamos aspen. Durante todas las estaciones del año, el pino se sintió diferente a los álamos que lo rodeaban. Mientras que los álamos aspen eran conocidos por su belleza en otoño, cuando sus hojas doradas y plateadas pintaban el bosque de colores cálidos antes de caer al suelo, el pino siempre mantenía su verde follaje.
Al principio, el pino se sentía inseguro y pensaba que su eterna verdor lo hacía parecer extraño y fuera de lugar en aquel bosque. Observaba cómo los álamos aspen cambiaban con las estaciones, mientras que él permanecía inmutable. Temía que los otros árboles no lo aceptaran, y a menudo se sentía solo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el pino comenzó a darse cuenta de que su diferencia era lo que lo hacía especial. En el invierno, cuando la nieve cubría el bosque y los álamos aspen estaban desnudos, el pino se mantenía siempre verde y frondoso. Sus ramas servían como refugio para las aves que buscaban protección del frío y la nieve, y sus agujas verdes proporcionaban un contraste hermoso en medio del paisaje invernal.
Los animales del bosque también comenzaron a notar la singularidad del pino. Los ciervos se acercaban para buscar refugio y descanso bajo su sombra, y los conejos encontraban comida entre sus agujas. Los otros árboles aspen admiraban la fortaleza y constancia del pino, y pronto, en lugar de sentirse excluido, el pino se dio cuenta de que era respetado y apreciado por todos en el bosque.
Con el tiempo, el pino comprendió que la belleza no residía únicamente en los cambios estacionales, sino también en la singularidad de cada ser en el bosque. Aprendió a apreciar su propia fortaleza y la capacidad de ofrecer refugio y vida a otros en los meses más fríos. En lugar de sentirse diferente, se sintió agradecido por ser quien era.
Así, el pino aprendió que la verdadera belleza y el valor no dependen de ser como los demás, sino de abrazar lo que nos hace únicos. Y en cada invierno, cuando el bosque se sumía en un manto de nieve, el pino se alzaba con orgullo, recordando que su diferencia era lo que lo hacía especial y amado por todos en el bosque.

Tomado de la web.

Publicado por JEAC.

martes, 14 de noviembre de 2023

En tiempos oscuros - Eduardo Galeano

 

En tiempos oscuros, tengamos el talento suficiente para aprender a volar en la noche, como murciélagos.

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente sanos, como para vomitar las mentiras que nos obligan a tragar cada día

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente valientes como para tener el coraje de estar solos y lo suficientemente valientes, como para arriesgarnos a estar juntos.

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente maduros, como para saber que podemos ser compatriotas y contemporáneos, de todos los que tienen una voluntad de belleza y una voluntad de justicia, sin importar, dónde nacieron ni dónde se encuentran, porque no creemos en las fronteras de los mapas del tiempo.

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente tercos, como para seguir creyendo, contra toda evidencia que la condición humana vale la pena.

En tiempos oscuros, seamos lo suficientemente locos, como para ser llamados locos,  seamos lo suficientemente inteligentes, como para ser desobedientes, cuando recibimos órdenes contradictorias a nuestra conciencia o contra el sentido común.

Eduardo Galeano.

Publicado por JEAC.

martes, 31 de octubre de 2023

Un S.O.S.

 

El día estaba soleado y brillante, sin ninguna nube en el cielo azul.

Un avión jumbo de pasajeros cruzaba el Atlántico en viaje hacia América. Volaba de forma constante a 800 km/h a una altitud de 9,000 metros, cuando de forma repentina se le acercaron dos aviones de combate a una velocidad del doble del sonido (Mach 2).

Los pilotos de los aviones de combate disminuyeron la velocidad, volaron unos minutos a un lado del avión de pasajeros y uno de ellos saludó al piloto del avión por la radio: “Hola jumbo, ¿cómo que tu vuelo es aburrido, no? En cambio, ¡mira el nuestro¡”

Los dos aviones de combate se elevaron, hicieron un semicírculo hacia atrás del jet, aceleraron, rompieron de nuevo la barrera del sonido, subieron a una mayor altitud en un tiempo increíble, luego bajaron en espiral casi al nivel del mar, como para detener la respiración. Se acercaron de nuevo al avión de pasajeros y le preguntaron al piloto: “¿Qué tal, cómo lo viste?”

El piloto les contestó: “!Muy impresionante!, pero ahora vean esto.”

Los pilotos de los aviones de combate se quedaron buen rato viendo al jet, pero no sucedía nada. El avión continuaba volando en línea recta a la misma velocidad. Después de 15 minutos, el piloto del jet les habló por la radio: “Hola, que les pareció esto?” Los pilotos de combate le preguntaron confundidos, “No vimos nada, que fue lo que hiciste?"

El piloto del avión de pasajeros se rio y les dijo: “Me levanté del asiento, estiré las piernas, caminé hasta la parte posterior del avión, usé el sanitario, me serví una taza de café y me comí un pedazo de pastel de chocolate.”

Moraleja: Cuando eres joven, la velocidad y la adrenalina parecen ser lo máximo. Pero cuando te haces viejo y más sabio aprendes que la comodidad y la tranquilidad son lo más importante.

Por ello la narración se llama S.O.S: Sabiduría, Ocurrencia, Sensatez

Tomado de Internet,

Publicado por JEAC.


martes, 17 de octubre de 2023

Cargando al Venado

 

Estaba un hombre,  al atardecer, sentado en una piedra, debajo de un frondoso mezquite, cerca de su choza. Por su mirada llorosa y desesperada se adivinaba su estado de ánimo, se notaba triste, cabizbajo, meditabundo, y además se translucía una gran frustración, estaba a punto de soltar el llanto.
En ese estado lo encontró su compadre y amigo de toda la vida y de todas sus confianzas, quien al verlo en ese estado le preguntó el motivo causa o razón que ocasionaba que se encontrara en situación tan deprimente.
-Mire compadre- contestó el interpelado, - A su comadre-, Sí a su comadre.- esta noche la mato, o la suicido, -¡pero de que esta noche, se muere, se muere!-
No la amuele compadre, cálmese, mejor platíqueme que le pasa, - Porque la quiere matar?,- a lo mejor lo puedo ayudar para encontrarle solución al problema, ándele, platíqueme.
El compadre, después de limpiarse los ojos todos llorosos, y la nariz  moquienta, empezó con su relato:
-Mire Compadre, Ud. sabe que somos muy pobres, y en su humilde casa,  la única forma de acompañar los frijoles es con un pedazo de carne, que tengo que conseguir yendo de cacería al monte. Me tengo que ir en la madrugada, con un ffrío calador, y acompañado con mi vieja carabina .30, pasar varios días de sufrimiento y penalidades, cuidándome de los peligros propios del  campo, esquivando las colas secas (víboras de cascabel), los tasajillos, las espinas, las garrapatas, los pinolillos, la terrible comezón de los piquetes de moscos, los alacranes.  Para acabarla, cuando llueve me empapo hasta los huesos, y sin nombrarle la soledad de las noches.  En tiempo de calor el terrible sol que me quema hasta los entresijos. Cuando puedo dormir pongo mi escuálida cobija debajo de un mezquite y me duermo un rato, sintiendo todas y cada uno de los terrones, espinas y piedras que quedan debajo del sarape, y que me calan todo el tiempo. Luego por fin, si el Tata Grande me socorre y logro cazar un venado, todavía tengo que cargarlo hasta el rancho y subir la cuesta de la loma donde está mi casa.
Apenas me siento para recuperar el resuello, cuando aparece mi mujer, cuchillo en mano, e inmediatamente empieza a repartir el venado entre parientes y vecinos. Que una pierna para  mi mamá, que otra pa’ mi hermana, que la paleta para doña Chona, y esto pa’lla que lo’tro  pa’ca y a los dos días allá va su tonto otra vez de cacería. -¡Pero ya me harté, y esta noche, mínimo la madreo!-
El compadre de aquel de aquel iracundo desdichado, después de pensar un poco, le dio la solución:
-Mire compadre.- Por que no invita a su mujer a que se lo acompañe de cacería?
¡¿Qué!? 
.Si, si. Mire compadre, ¡ No se me sulfure, espérese!,  Nomás no le diga a mi comadre las madrisas que se pone para matar y cargar el venado, mejor píntesela bonito. No le hable de las víboras, ni las espinas, ni del frío, ni del sol, ni del calor. Dígale que la invita de cacería para que admire los bellos paisajes, del esplendor de las estrellas, que te cobijan en la noche, de los arroyos cristalinos que reflejaran románticamente sus imágenes, de los espléndidos amaneceres y de lo bello que se pone el sol al atardecer, de la tenue luz de la luna por las noches, de lo bello que camina el venado, de lo bonito que cantan los pájaros y los grillos, del aire puro lleno de oxigeno. -, En fin, dóresela bonito
Al compadre le gustó el consejo y lo siguió, y por supuesto la convenció. La mujer entusiasmada se fue con su falda  hasta el tobillo, que al cruzar e primer mogote se  redujo a minifalda pues se quedo enganchada en las púas y al tratar de zafarse se desgarro toda, la blusa quedo hecha tiritas al atorarse en un mezquite, los guaraches se le rompieron al pasar por las piedras y las laderas de los arroyos, y los pies le empezaron a sangrar, las garrapatas y los pinolillos y los moscos le llenaron el cuerpo de ronchas y comezón,  no pudo dormir por las piedras, y por el miedo a las víboras y a los alacranes y arañas, las manos le quedaron todas raspadas y cortadas al querer abrirse paso por entre el monte bravo y espinoso. Toda chamagosa estuvo a punto de darle un infarto al toparse con una cascabel que por poco le pica. Muerta de hambre y de miedo parecía un fantasma salido de algún cuento de ultratumba.
Por fin, después de tantos martirios encontraron al venado. Ella tuvo que contener el aliento, mientras su viejo con la astucia y colmillo que da la experiencia afinó su puntería y ¡¡pum!! Liquido al animal. La mujer se llenó de jubilo, pensando que sus  sufrimientos habían terminado, se aprestó a regresar, pero no era así.
_ Ahora, mi amor, quiero que cargues el venado para que veas lo bonito que se siente.- le dijo, el hombre, masticando rabiosamente cada una de sus palabras.
La mujer casi se desmaya ante la desconocida mirada asesina de su marido, pero ante la desesperación de regresar, no tubo aliento ni para replicar y cargó al venado hasta su casa, cruzando otra vez veredas montañas y mogotes. Despatolada, con las piernas abiertas, jadeando, y casi muerta, a punto de tronarle el corazón, llegó y depositó el animal en la entrada de su casa.
Los parientes y los vecinos salieron a recibir a los cazadores, y acostumbrados a la repartición le dijeron a la mujer, con alegría:
¡ Ándale ¡ apúrate a partir el venado! Porque ya estamos desesperados que no venían.
-¿ Que pedazo me llevo yo? Pregunto, su hermana.
-¿Qué parte le llevo a mi Mama?, Dijo otro.
La Señora, tirada en el piso, levantó la mirada inyectada de sangre, y haciendo un supremo esfuerzo, gritó: ¡ La que me toque un gramo de ese venado!, ¡¡La mato!!
Ese animal es solo para nosotros y a los que no le guste se me van a &_%_”**


REFLEXION
 Para valorar el esfuerzo ajeno y respetar en su real dimensión el trabajo de los demás, todos debemos aprender a “CARGAR EL VENADO”
La experiencia adquirida por el paso de los años nos ha enseñado que solo se valora aquello que se ha adquirido como resultado de nuestro propio trabajo, que es muy fácil derrochar los bienes de lo demás. Y solamente cuidamos aquello que nos a costado esfuerzo, sudor y sacrificio.

Tomado de la web.

Publicado por JEAC.