viernes, 31 de julio de 2015

Eficiencia

Es hacer las cosas, no desear poder hacerlas, soñar con ellas o pensar si uno será capaz de llevarlas a cabo.

Es aprender cómo hacer las cosas haciéndolas, tal como se aprende a caminar caminando o a vender vendiendo.

Es la aplicación de la teoría a la práctica.

Es la eliminación de la debilidad, del temor y del desaliento.

Es la mano de hierro en el guante de terciopelo.

Es el estar alerta, con presencia de ánimo, listo para adaptarse a lo inesperado.

Es el sacrificio de los, sentimientos personales por el deseo de triunfar.

Es la suma de tres cantidades: propósito, práctica y paciencia.

Es la medida del hombre, el verdadero tamaño del alma.

Es la facultad de poder usar las propias pasiones, hábitos, gustos, disgustos, experiencias, mente, educación, corazón y cuerpo, sin ser usado por estos.

Es el aprendizaje personal, la concentración, la visión y el sentido común.

Es la suma total de todo lo bueno que hay en una persona.

Anónimo .


Publicado por JEAC.

domingo, 26 de julio de 2015

No estropees tu día


Con irritación no resolverás problema alguno.
Tus contrariedades no alterarán la naturaleza de las cosas.

El no lograr algo no hará el trabajo que sólo el tiempo podrá hacer.

El mal humor no modificará tu vida.
Tu dolor no impedirá que el sol brille sobre buenos y malos.

Tu tristeza no iluminará los caminos que tendrás que seguir.
Tu desanimo no edificará a nadie.

Tus reclamaciones aunque sean efectivas no aumentarán, en los otros un milésimo de simpatía por ti.
Disfruta hoy este nuevo día, escucha los pájaros contempla un flor, que un bella melodía endulce tu oído.

Y dale, dale gracias a Dios por este nuevo día..
Por eso ama, perdona, olvida y bendice a todo y a todos en este día.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

lunes, 20 de julio de 2015

Inspirada por un niño


La usuaria de Facebook, Joyce Gilos Torrefranca, fue quien subió la imagen y escribió en su perfil: “Fui inspirada por un niño”. Allí explica que los hechos tuvieron lugar en una calle de Cebú, en Filipinas, ya que en la ocasión el pequeño no contaba con electricidad en su casa y se sirvió del alumbrado público para seguir con sus deberes de estudiante.

“Como estudiante, él ha sido una inspiración para trabajar más fuerte. Soy afortunada por el hecho de que mis padres hayan podido enviarme a la escuela. Yo voy a estudiar a cafés, pero este niño me ha impactado”, relata la joven. “Uno no necesita mucho, sólo hay que estar determinado y enfocado en las cosas que uno quiere lograr. Espero que este niño inspire a millones de personas“.

Según informan medios locales, lo único que se sabe del protagonista de la impactante imagen, es que se llama Daniel y suele ir junto a su mamá a pedir limosna a un local comercial de esa zona.


Publicado por JEAC.

sábado, 11 de julio de 2015

Un lugar de ecos


El mundo es un lugar de ecos si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos.

El amor no debería ser exigente; de lo contrario, pierde sus alas, no puede volar. Se enraíza en la tierra y se vuelve muy terrenal; entonces es lujuria y proporciona mucha desdicha y gran sufrimiento. El amor no debería ser condicional, no habría que esperar nada de él. Él mismo debería ser su razón de ser, no una recompensa o resultado. Repito, si tiene algún motivo ulterior, vuestro amor no puede convertirse en un cielo abierto. Se ve confinado a ese motivo; el motivo se convierte en su definición, en su límite. El amor sin motivo carece de limites: es puro júbilo, exuberancia, es la fragancia del corazón.
Y que no haya deseo de conseguir ningún resultado, no significa que estos no tengan lugar; acontecen, y multiplicados por mil, porque aquello que le damos al mundo, nos vuelve rebotado a nosotros. El mundo es un lugar de ecos: si arrojamos ira, ira es lo que nos vuelve; si damos amor, amor es lo que recibimos. Pero ese es un fenómeno natural, no hace falta pensar en ello. Se puede confiar: acontece por su cuenta. Esta es la ley del karma: se recoge aquello que se siembra; lo que se da es lo que se recibe. Así que no hay, necesidad de pensar en ello, es algo auto¬mático. Odiad, y os odiarán. Amad, y os amarán.

Osho.


Publicado por JEAC.

miércoles, 8 de julio de 2015

No temas equivocarte


El error más grande lo cometes cuando, por temor a equivocarte, te equivocas dejando de arriesgar en el viaje hacia tus objetivos.
- No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
- No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.
- No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas, se equivoca aquel que por temor a equivocarse no acciona.
- No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo, se equivoca aquel que por temor a caerse renuncia a volar permaneciendo en el nido.

Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre es buscarse así mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente."
 
Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

viernes, 3 de julio de 2015

Celebración de la fantasía

Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había desprendido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, se acercó a pedirme que  le  regalara  una  lapicera. No  podía  darle  la
lapicera que tenía, porque la estaba usando en no sé qué aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.
Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitos cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado;
Había quien quería un cóndor, y quien una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas, y no faltaban los que pedían un fantasma o un dragón.
Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba más de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en la muñeca;
- Me lo mandó un tío mío que vive en Lima -dijo.
-¿Y anda bien? -le pregunté.
- Atrasa un poco - reconoció.

Tomado del “Libro de los abrazos” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.