domingo, 28 de febrero de 2016

Regla de tres


Reglas de oro para seguir en nuestra vida cotidiana.

Tres cosas hay que gobernar: El genio, la lengua y la conducta.
Tres cosas hay que amar: El valor, la mansedumbre y el afecto.
Tres cosas hay que odiar: La crueldad, la arrogancia y la ingratitud.
Tres cosas hay que gozar: La franqueza, la libertad y la belleza.
Tres cosas hay que desear: La salud, los amigos y la nobleza.
Tres cosas hay que evitar: La ociosidad, la locuacidad y los chismes.
Tres cosas hay por que luchar: Dios, Hogar y Patria.
Tres cosas hay que admirar: Intelecto, dignidad y gracia.
Tres cosas hay que meditar: La vida, la muerte y el amor.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

jueves, 25 de febrero de 2016

Aprende que...


Aprende... que un tropezón no es caída.
Aprende... que todo en la vida vuelve.
Aprende... que no hay mal que por bien no venga.
Aprende... que con voluntad y esfuerzo todo resulta más fácil.
Aprende... que lo más valioso de la vida es la familia y los verdaderos amigos.
Aprende... que no se llora a quien no te valora.
Aprende... que por más tropezón, caída, obstáculo, o barrera que se interponga en tu camino, el objetivo es levantar la cabeza y seguir adelante.                                              
Aprende... que no hay adversidad que no se pueda superar.
Aprende... que la fortaleza proviene del corazón.
Aprende... que los problemas son muy grandes hoy, pero mañana parecerán mas pequeños.
Aprende... que llorar y gritar ayuda a liberar los dolores del alma.
Aprende... que la edad mental es la que gobierna tu espíritu.
Aprende... que mientras haya vida, hay esperanza.
Aprende... que para ser feliz, hay que dar felicidad a otros.
Aprende... que la vida es bella, y hay que amarla y disfrutarla hasta el final.
Aprende....que la vida es mejor sin odios, es mejor perdonar y seguir amando.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

domingo, 21 de febrero de 2016

Antes de juzgar


Los seres humanos tenemos diferentes maneras de ser, hacer. sentir y tener, que impactan en nuestros comportamientos que son observados por nosotros mismos y por los demás. Muchas veces cuando observamos a alguien su comportamiento sin haber indagado su historia, el contexto y la situación específica comenzamos a emitir juicios casi de una manera automática y sin fundamentos. Nietzsche advirtió que uno de los rasgos distintivos del ser humano es ser un animal que enjuicia y advirtió que sin evaluaciones y sin capacidad de emitir juicios, el núcleo de la existencia queda vacío.
Nuestra capacidad de aprender y comprender la dinámica humana nos permite reinterpretar y desafiar aquellos juicios que tenemos acerca de nosotros mismos y estar abiertos a revisar aquellos que tenemos con respecto a los demás.
El pasado suele ser diferente al presente si hacemos las correcciones debidas y accionamos de manera diferente, también suele suceder que el pasado sea diferente al futuro, por ello debemos ser lo suficientemente reflexivos y flexibles como para tratar los propios juicios como “señales temporales para someternos a revisiones constantes”, debemos evitar convertirnos en prisioneros de nuestros juicios, esclavos de nuestro pasado debido a los juicios que se traen consigo y, aceptar que los mismos pueden modificarse al reinterpretar las situaciones y en consecuencia emitir juicios diferentes ( opiniones ) que a su vez puedan producir nuevas situaciones.
El gran error es confundir Los juicios con las afirmaciones que pertenecen al lenguaje de los hechos, los juicios son declaraciones que pertenecen al lenguaje generativo pero al tomar a los juicios como afirmaciones se anula la capacidad de aprendizaje, se elimina la posibilidad de modificar el pasado re-interpretando su visión y a partir de allí crear una realidad distinta. Cuando hacemos una afirmación nos comprometemos a proporcionar evidencia y, cuando hacemos un juicio nos comprometemos, primero, a tener la autoridad que nos permita emitir ese juicio y, segundo, proporcionar fundamentos para ese juicio.
En la medida que modificamos nuestros juicios modificamos nuestras acciones, y vamos modificando también nuestra identidad y esto abre la posibilidad de que se modifiquen también los juicios que otros tienen acerca de nosotros.
Para modificar un juicio sin fundamento y convertirlo en un juicio con fundamento de manera en que el pasado puede usarse la experiencia del pasado para que nos apoye para trazar el futuro hay que tener en cuenta algunas condiciones básicas :
1. Tener claro su propósito y finalidad, emitirlo por algo o para algo. Tener en cuenta que con el mismo Proyectamos una acción hacia el futuro cuando lo emitimos.
2. Sustentarlo en un conjunto de afirmaciones, que se cotejan con un conjunto de estándares generalmente aceptados de comportamientos para juzgar el desempeño de los individuos, que nos permiten evaluar la efectividad de sus acciones.
3. Dominio especifico, Cuando emitimos un juicio, generalmente lo hacemos desde un dominio particular de observación…
Preparar el cuerpo y la emocionalidad para entregar juicios es muy importante ello impacta en los demás, recuerda referirte a las acciones, al comportamiento. Ten cuidado en No etiquetar, ni personalizar. ni generalizar, ni exagerar, siempre escucha e indaga el punto de vista del otro.
En todo caso nuestros juicios estén fundamentados siempre serán opiniones bien fundamentadas pero siempre “opiniones”… Cuando emitimos un juicio develamos como pensamos y sentimos, develamos quiénes somos y al juzgar nos estamos desnudando como aquella persona con o sin autoridad para dar tales opiniones. Los juicios tienen una doble cara porque una de sus caras mira hacia el mundo que describimos desde nuestro punto de vista y la otra hacia el ser que somos.
Los seres humanos tenemos de una u otra manera en mayor o menor grado una historia de vida, expresadas en alegrías, logros, a veces en dolor, tristeza, incertidumbre, errores y confusión, algunos aprenden a no mirarla y evadirla para poder tener la fuerza de seguir adelante; pero solo si la enfrentamos mirándola cara a cara, tocándola, sintiéndola, cuidándola y aceptándola es cómo podemos cerrar ciclos y avanzar realmente de manera sana.
Antes de juzgar revisa cual ha sido tu historia y como la has mirado ¿la has mirado cara a cara? ¿La has sentido y la has aceptado? ¿Has podido cerrar deudas pendientes? ¿Has soltado emociones que estuvieron atrapadas? ¿De qué manera lo hiciste? ¿Qué tiempo te tomo curarla?
Revisa como has mirado tus tristezas, tus angustias, tus miedos, tus confusiones y errores, ¿qué has hecho para seguir adelante y la manera en que has podido cerrar asertivamente tus ciclos’ ¿ que juicios tuviste entonces? ¿Qué hubieras hecho diferente si hubieras tenido los recursos, las competencias y sabiduría que hoy tienes?... Esta reflexión te hará más empático, más compasivo y menos reactivo….
Antes de juzgar indaga la situación, ponerte en el lugar del otro desde su experiencia, desde su historia y reconocer que en tu vida también han existido baches te hará menos censurador, te hará revisar tus juicios.
Antes de juzgar revisa, el propósito, el dominio, las afirmaciones y el contexto tiempo y espacio de los hechos.
¡Y sobre todo recuerda que todos tenemos nuestra propia historia con etapas difíciles menos o más asertivas!

Yoly Castro.

Publicado por JEAC.

jueves, 18 de febrero de 2016

El desasosiego


En días pasados leí un artículo en un periódico local, que viene como anillo al dedo sobre nuestro diario vivir y mucho más ahora que estamos viviendo el carnaval y la chacota del “si o del no” (qué triste ironía, no?). Les propongo leerlo detenidamente y encontrarán un cúmulo de realidades que nos toca a todos…

Mafalda lo definía como una basurita en el estado de ánimo. Y efectivamente, así se siente: como una mancha pequeña pero visible, que no llega a doler y sin embargo molesta.
A veces es como un ruido indefinible y lejano, algo que no se puede asir, que no se racionaliza ni se explica, pero es y está y nos provoca una sensación a medio camino entre la tristeza y el asco.
El desasosiego se alberga en el estado de ánimo, pero nace en lo que ves, lo que oyes, lo que lees, lo que comentas y lo que escribes; es decir, aquello que alimenta tu mente durante el día entero.
Cabe entonces preguntarse cuál es el menú diario que nuestra mente consume, qué le damos de beber y de comer, con qué se nutre. Y odio es lo que consumimos cada día en cantidades insalubres. Está en el noticiero y en el periódico, está en la radio, está en las redes sociales; parece ser la fuerza motora que impulsa cada interacción, cada opinión, cada palabra que se dice o escribe.
Y eso llevamos en la mente, como un parásito que no percibimos, pero que nos enferma y consume.
Mientras tanto, hay quienes se duermen y despiertan pensando en cosas que no destruyen ni desasosiegan. Hay quién dedica incontables horas a entender como se dobla y arruga el tiempo a partir de su contacto con la materia.
Hay quién insiste una y otra vez hasta alcanzar la perfección en el ritmo, el color o el movimiento. Hay quién dedica horas y horas a tallar, a pulir, a encadenar notas, palabras o imágenes. Hay quién se preocupa por la semilla y la tierra, quién se obsesiona por la fórmula, quién se desvive por el insecto o la roca y todos los misterios que todavía guardan.
Si en nuestros medios, pensamientos y conversaciones le diéramos más espacio al misterio y a la perfección y menos al odio y al desasosiego; si escucháramos otras voces y no solo aquellas que hablan de traición, de mentira  y de despilfarro; si viéramos belleza y perfección (o los grandes esfuerzos invertidos en alcanzar cualquiera de ellas) en lugar de ver siempre sordidez, mezquindad y violencia; si nuestras mentes tuvieran al menos la opción de elegir entre el misterio y el odio, quizás podríamos decir que somos realmente libres.
Pero no. De nada sirve apagar la tele o la radio y cerrar el periódico, porque el odio se cuela con más eficiencia en el internet y nos persigue en las conversaciones del minibús, de la oficina o del mercado.
Hemos construido una sociedad en la que el único tema común y la única prioridad, la única lengua franca es la política. Hemos construido, además, una sociedad dónde la política es nada más que odio disfrazado de planes y proyectos.
Quizás en otra época la política y el odio que la impulsa estaban reservados para un grupo que se dedicaba a ejercerla, pero ahora está esparcida en cada teclado y en cada computadora. Ya no hay escapatoria. La creatividad, el tiempo y el esfuerzo que podía invertir una persona común en compartir una idea o un proyecto, en leer sobre Saramago o sobre hoyos negros, se utiliza en profundizar el odio y difundir el desasosiego.
¿Por qué perdemos el tiempo acrecentando el odio y regodeándonos en el desasosiego, justo ahora que se ha ampliado de manera tan inmensa nuestro acceso a la belleza, a la perfección y al misterio?

Verónica Córdova - Cineasta (Publicado en La Razón el 14/02/2016).


Publicado por JEAC.

lunes, 15 de febrero de 2016

Un camellito sabio


Una madre y un bebé camello estaban descansando, y de repente el bebé camello pregunta...
- Madre, ¿puedo preguntar algunas cosas?
- Claro que sí. Por que hijo, ¿hay algo que te molesta?
- ¿Por qué los camellos tenemos joroba?
- Mira hijo, nosotros somos animales del desierto, y necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir cuando falta.
- Bien, y ¿por qué son nuestras piernas largas y nuestras patas redondas?
- Hijo, así nos adaptamos para andar en el desierto, con estas piernas nos podemos mover por el desierto mejor que nadie- dijo la madre orgullosamente.
- Bien, entonces ¿por qué son nuestras pestañas tan grandes? A veces esto molesta mi vista.
- Hijo mío, esas pestañas largas y gruesas son su tapa protectora. Ellas ayudan a proteger tus ojos de la arena del desierto y el viento- dijo su madre con ojos llenos de orgullo...
- Ya entiendo. Entonces la joroba debe almacenar el agua cuando estamos en el desierto, las piernas son para andar por el desierto y estas pestañas protegen mis ojos del desierto... Entonces, ¿qué demonios estamos haciendo aquí en el zoológico?

Moraleja: "Habilidades, conocimiento, capacidades y experiencia únicamente son útiles si estás en el lugar correcto".  ¿Dónde estás ahora?
"Ama tu trabajo pero nunca te enamores de tu empresa, porque no sabes cuando tu empresa dejará de necesitarte".

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

jueves, 11 de febrero de 2016

El tesoro

Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado.
Miró con curiosidad y descubrió desenterrado un cofre lleno de monedas de oro.

¡Qué suerte! Lo tomó y lo enterró profundamente en su jardín.
¿Qué hacer con eso?" se preguntó. Se imaginó todo lo que podría comprar y decidió...cualquier cosa, finalmente para resolverse.

Este cofre lleno de monedas de oro sería su seguridad en caso de una dura temporada.
Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido llegó a ser relajado, de gruñón pasó a ser agradable y eliminó su intolerancia, de hecho,vislumbró una vida hermosa y feliz,sabiendo que aunque llegaran tiempos duros, podría hacerles frente.

Sus últimas horas llegaron y antes de morir, reunió a sus hijos y les reveló su secreto.
Murió instantes después.

El día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado, encontraron el cofre, pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido robadas al labrador desde hace más de 10 años.

¿Qué es entonces lo interesante de esta historia? Es ver que no es el hecho de ser rico lo que le dio seguridad y felicidad, sino la IDEA de que tal riqueza y felicidad existían. No es el hecho en sí mismo sino su interpretación.

Moraleja: Cuando tengas una idea que te da vueltas y te sientas mal piensa en esta historia.
¿Es realmente el hecho en sí mismo el que lo hace ser malo, o el poder que tu le otorgas a esos pensamientos?.
Cuántas veces, en nuestras vidas dependemos de lo material para tener un buen semblante, cuando la vida es muchísimo más que eso. De esta forma perdemos tiempo, alegría y vida con nuestros seres queridos, al ponerlo todo en virtud de las cosas materiales que tenemos.
Esta historia te dará otras lecciones seguramente, pero sobre todo la de recordarte ese poder que tienes en cada momento de cambiar tus pensamientos de negativos a positivos.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

lunes, 8 de febrero de 2016

La vida te da recursos


Era una madre sabia y generosa. Un día, le dio a su hijo mil monedas de oro para que con ellas consiguiera lo que quería para su vida. Él las recibió con una emoción mezclada entre el entusiasmo y el miedo. Fue de compras, vio un automóvil muy grande y lento para su gusto y de una calidad técnica que dejaba mucho que desear; sin embargo lo compró.

Fue después a una joyería y encontró unos diamantes mal cortados y montados en anillos inapropiados y a pesar de esto, pagó una gran suma por ellos. Organizó fiestas a las que invitó personas que conocía, pero que no disfrutaba de su compañía.

Con el pasar del tiempo, este hombre antes alegre y lleno de ilusiones, se fue convirtiendo en alguien amargado y quejumbroso. Años después se acercó de nuevo a su madre y le dijo:
- Madre, ¿qué habré hecho tan mal que vivo tan infeliz?
La madre le respondió:
- No es lo que has hecho hijo; es lo que sigues haciendo, aún en este preciso instante.
- ¿A qué te refieres?- preguntó el hijo.
Y afirmó la madre en un tono sereno y comprensivo:
- Tú usaste tus recursos y tu energía, para llenarte de lo que no querías, en vez de enfocarte en lo que querías. Ahora me preguntas: ¿qué he hecho mal? Podrías preguntar en cambio, ¿qué he hecho bien? o ¿cómo puedo mejorar lo que tengo?
- No te entiendo. dijo confuso el muchacho.
La madre respondió:
- Las monedas que te di, son como la energía o los recursos de tu vida; los puedes gastar en enfocarte en todo lo que no te gusta y a tu juicio podría ser diferente. O puedes elegir enfocarte en lo que quieres, en lo que te gusta, en lo que valoras, en lo que sueñas, no en lo que temes. Enfocarte en lo que has logrado, no en lo que te falta.

Si piensas en tus miedos, crearás tus miedos. Si piensas en tus sueños, los harás realidad. La vida hijo mío, te da los recursos para hacer y vivir lo que quieras, y tú puedes usarlos para crear lo que quieres o lo que no quieres. Si te enfocas en lo que no quieres, cuando despiertes, te habrás perdido de disfrutar mucho de lo que realmente quieres para tu vida.

Autor Desconocido


Publicado por JEAC. 

miércoles, 3 de febrero de 2016

El canto del cisne (2)




Complementando el posteo del “canto del cisne” publicado anteriormente, hago mención a una obra fundamental de nuestro folklore titulado “El cisne”. Creado en base al poema de nuestra gran poetisa Adela Zamudio y con música de Yayo Joffré en ritmo de yaraví, es una pieza musical digna de escucharla una y otra vez. La interpretación de Los Jairas la hizo mágica y no conozco hasta ahora otra  que por lo menos se le acerque en calidad. Los Jairas la grabaron en el año 1967 y recuerdo haberla escuchado por primera vez por radio en el “Show de los Sábados” de Micky Jiménez y tuvo una gran aceptación. En cada presentación en público de Los Jairas, los temas obligados a interpretar eran justamente “El cisne”, “El llanto de mi madre” y el popularísimo “Gringo Bandolero”…qué hermosos tiempos y cuanta calidad interpretativa de nuestro folklore…  

El cisne (Adela Zamudio)

Soy la flor que en su tallo se dobla
porque sufre guardando en su seno
de un gusano escondido el veneno
que devora mi triste existir.

Cuanta pena contiene un recuerdo
olvidando las penas se calma
el olvido es el sueño del alma
pero mi alma no puede dormir.

Consumido por honda tristeza
el dolor se retrata en mi frente
cuan amarga es mi vida presente
cuan amargo será el porvenir.

Soy el cisne que canta doliente
de mi muerte el momento esperado
yo que siempre he vivido llorando
quiero al menos cantando morir.

Publicado por JEAC.