lunes, 27 de febrero de 2017

La verdadera grandeza


Un día, cuando yo era pequeño, mi padre, que estaba traduciendo un dicho en sánscrito, compartió conmigo un pensamiento que nunca olvidaré. Me dijo: «Hijo, cuando naciste lloraste mientras el mundo se alegraba. Vive de manera que, cuando mueras, el mundo llore mientras tú te alegras». Vivimos en una era en la que hemos olvidado en qué consiste la vida. Mandamos sin dificultad a una persona a la luna, pero nos cuesta cruzar la calle para saludar a un nuevo vecino. Tenemos una tecnología que nos permite estar siempre conectados; sin embargo, en muchos sentidos, en ninguna otra época de la historia hemos estado tan desvinculados como ahora. Sabemos más que nunca, y al mismo tiempo menos que nunca, qué significa la verdadera grandeza... como seres humanos.

Tomado del libro “Una inspiración para cada día” de Robin Sharma.


Publicado por JEAC.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Adicto al trabajo


Luis... (puede ser cualquiera de nosotros)...
Se graduó hace un par de años y tiene un trabajo en el área de computación en una compañía internacional que lo lleva a viajar con frecuencia por diversos países. Cuando le pregunté por su trabajo, me respondió:
"Tranquilo, pero muy bien".
¿Por qué tranquilo?, le pregunté.
Me dio una respuesta muy interesante:
*Porque allá se entra muy puntualmente, pero se debe salir también a la hora precisa.
*Si te quedas a trabajar más tiempo, tu jefe empieza a dudar de tu capacidad y ofrece quitarte el trabajo.
Las exigencias laborales -explicó- se han vuelto muy demandantes.
El trabajo que se asigna es para realizarse dentro de las horas que debes permanecer en la oficina y a la empresa le interesa que quienes trabajan ahí tengan una vida personal. Esa vida personal empieza a las 6:00 de la tarde."
Esto coincide con un programa de televisión que me tocó ver por cable en días pasados.
Era una reunión de expertos en relaciones laborales y la gran discusión eran los horarios de trabajo que se han alterado en muchos países. Uno de los expertos en relaciones humanas dijo que el trabajo NO debería sustituir jamás a la vida personal del trabajador.
Y explicó porque: "La única posibilidad de encontrar el equilibrio necesario para que una persona sea sana en lo psicológico, emocional e intelectual es que le dedique tanto tiempo a sus relaciones personales como a sus relaciones laborales.
Algunas empresas han obligado a sus empleados a posponer su vida personal para un futuro que nunca llega y lo que es peor, a renunciar a ella para sustituirla con la vida laboral, lo cual es absurdo".
Entre muchas otras cosas, uno de los expertos señaló algunas de situaciones que deberían encender la alarma en cualquier institución o empresa, porque son síntomas de que algo anda mal:
1) Exceso de juntas, particularmente de aquellas en las cuales se discute mucho pero no se llega a nada concreto.
2) Planes y proyectos muy bien elaborados que rara vez toman forma.
3) El que todos los ejecutivos o directivos deban estar siempre (a cualquier hora de cualquier día) disponibles, para lo cual se les obliga a cargar con un rastreador a donde vayan: celular, beeper, etc.
4) El que se reciban mensajes, electrónicos oficiales escritos a altas horas de la noche o en la madrugada y/o durante fines de semana (que deben estar dedicados a la vida familiar) y/o desde sitios vacacionales o de descanso.
5) El que entre los empleados o directivos de los niveles superiores haya un índice muy alto de divorcios, o peor aún: de infartos y crisis nerviosas.
6) El que los familiares (principalmente esposa e hijos) de los trabajadores se quejen del tiempo excesivo que éstos le dedican a la empresa.
7) El que el único tema de discusión o plática en las reuniones donde coinciden varias personas de la misma empresa sea relacionado con el trabajo.
8) El que los trabajadores descubran que ir al cine, teatro, ópera, conciertos, museos o centros de diversión se ha vuelto una actividad excepcional en su vida.
9) El que el trabajo se convierta en algo agobiante y genere más estrés que satisfacción en quien lo realiza.
10) El premiar a quien permanece trabajando dos, tres horas o más después de la hora de salida. Según el experto, eso sólo puede suceder por estas razones:
a. Porque no le alcanza el tiempo (síntoma de ineficiencia o incapacidad por parte del trabajador).
b. Porque se le ha asignado más trabajo del que debe tener ese puesto (síntoma de ineficiencia de la empresa o de quien asigna el trabajo).
c. Porque hizo cosas ajenas al trabajo durante el tiempo de éste (deshonestidad del trabajador) y, por lo tanto, debe reponer tiempo perdido.
d. Efecto dominó (cualquiera de las tres opciones antes mencionadas sucede con alguien y afecta el trabajo de otros que, como consecuencia, también se tendrán que quedar a completar su responsabilidad).
¿Te reconoces en alguna o en varias de ellas?;
¿Reconoces a tu esposo(a), a tu jefe(a), amigo(a), tus colegas?;
¿Crees que el experto está equivocado?
¿Las consideras exageraciones?
Una pregunta más:
¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu trabajo a la "hora de salida" sin sentirte culpable?
Recuerda:
Uno trabaja para vivir (desde el punto de vista material) y no vive para trabajar. Por eso pienso que uno debe compartir con su familia.
El trabajo se queda y otra persona toma tu lugar, nadie es indispensable en una Compañía.
En tu HOGAR nadie toma tu LUGAR y TU si eres INDISPENSABLE en ella.
¡Piénsalo, este es un mensaje institucional!

Autor desconocido


Publicado por JEAC.

viernes, 17 de febrero de 2017

El mundo


Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

Tomado del libro “El libro de los abrazos” de Eduardo Galeano


Publicado por JEAC.

lunes, 13 de febrero de 2017

Espontaneidad


Hagas lo que hagas, hazlo de la forma más total que te sea posible. Si disfrutas caminando, ¡bien! Si de pronto te das cuenta de que ya no tienes el impulso o el deseo de moverte, entonces siéntate de inmediato; no deberías dar ni un solo paso en contra de tu voluntad.

Pase lo que pase, acéptalo y disfrútalo, y no fuerces nada. Si tienes ganas de hablar, habla. Si sientes que te apetece el silencio, guarda silencio... simplemente avanza con la sensación. No fuerces nada de ninguna manera, ni siquiera por un momento, porque en cuanto lo haces, quedas dividido en dos, y eso crea un problema, ya que entonces toda tu vida se escinde.
Toda la humanidad se ha vuelto casi esquizofrénica, porque se nos ha enseñado a forzar las cosas. La parte que quiere reír y la parte que no permite reír se separan, y entonces quedas dividido en dos. Creas un jefe y un subordinado, y por ello hay conflicto. El abismo que crea ese conflicto puede ir haciéndose cada vez más y más grande. De modo que el problema radica en cómo unir esa grieta y no volver a crearla.
En zen hay un dicho muy hermoso: Sentado, simplemente siéntate. Caminando, simplemente camina. Por encima de todo, no tiembles. Hagas lo que hagas, hazlo de la forma más total que te sea posible. Si disfrutas caminando, ¡bien! Si de pronto te das cuenta de que ya no tienes el impulso o el deseo de moverte, entonces siéntate de inmediato; no debes dar ni un solo paso en contra de tu voluntad. No deberías arrastrarte. Ese mecanismo pertenece al ego, el manipulador.

Osho.


Publicado por JEAC.

jueves, 9 de febrero de 2017

Con la misma moneda


Cuando Juan recibió su sueldo, en dinero efectivo, como siempre lo hacía el primer día de cada mes, contó cuidadosamente los billetes, uno a uno, agudizando sus ojos y untando el dedo con saliva para despegar con fuerza los billetes.
Se sorprendió al percatarse que le habían dado 100 dólares más de lo que correspondía. Miró al contador de reojo para asegurarse que no lo había notado, rápidamente firmó el recibo, se guardó el dinero dentro del bolsillo y salió del sitio con la mayor rapidez y
discreción posibles, aguantándose, con esfuerzo, las ganas de saltar de la dicha.

Todo quedó así.

El primer día del mes siguiente hizo la fila y extendió la mano para recibir el pago. La rutina se repitió y al contar los billetes, notó que faltaban 100 dólares. Alzó la cabeza y clavó su mirada y muy serio le dijo al cajero:
- Señor, disculpe, faltan 100 dólares.
El cajero respondió: - ¿Recuerda que el mes pasado le dimos 100 dólares más y usted no dijo nada?
- Sí, claro -contestó Juan con seguridad-, es que uno perdona un error, pero dos ya son demasiados.

Para meditar:
¿Reconoces tus errores? ¿Eres igual de exigente contigo mismo que con los demás? ¿Te consideran justo tus cercanos? ¿Cómo afectan tus errores a los que te rodean? ¿Cómo influyes la calidad de tus relaciones cuando no aceptas y asumes tus propias fallas?

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

domingo, 5 de febrero de 2017

La besación general


En 1980, estalló en la ciudad brasileña de Sorocaba una insólita manifestación popular.
En plena dictadura militar, una orden judicial había prohibido los besos que atentaban contra la moral pública. La sentencia del juez Manuel Moralles, que castigaba esos besos con cárcel, los describía así:
Besos hay que son libidinosos y, por lo tanto, obscenos, como el beso en el cuello, en las partes pudendas, etc., y como el beso cinematográfico, en el que las mucosas labiales se unen en una insofismable expansión de sensualidad.
La ciudad respondió convirtiéndose en un gran besódromo. Nunca nadie se besó tanto. La prohibición multiplicó las ganas, y muchos hubo que por pura curiosidad quisieron conocer el gustito del beso insofismable.

Tomado del libro “Los Hijos de los días” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.