martes, 29 de marzo de 2011

Atreverse


ATREVERSE…

Es arriesgarse en la vida por alcanzar lo que deseamos.
Es desarrollar apasionadamente todas las potencialidades que poseemos.
Es trabajar incansablemente para alcanzar las recompensas que deseamos.
Es ser optimista, formar parte de la resistencia que forman los seres extraordinarios, quienes logran construir y avanzar.
Es amar sin condiciones, ofreciendo lo más valioso que poseemos a los seres que amamos.
Es la búsqueda del bien, dejando una estela de generosidad a nuestro paso.
Es hacer uso de nuestra propia libertad, asumiendo dignamente las consecuencias.
Es soñar con los ojos abiertos y luchar hasta convertir nuestras fantasías en realidad.
Es vivir buscando la belleza, enriqueciendo a los demás, a nosotros mismos y a la creación.
Es tener el valor de seguir nuestro llamado interior para realizar plenamente nuestra vocación.
Es lanzarse a triunfar con tal perseverancia hasta llegar a la cima.
Es tener el valor de decir sinceramente ”TE AMO” y humildemente pedir perdón cuando ofendemos.
Es cumplir una misión, apostando nuestra existencia por servir a nuestros ideales, luchando día a día por lograr un mundo más humano y maravilloso.
Es vivir en la verdad, agregando valor a nuestras acciones y a nuestra propia existencia, combatiendo la mentira y la corrupción.

Autor Desconocido

sábado, 26 de marzo de 2011

Argentino Luna

Hace unos días atrás, el 19 de Marzo para ser exactos, fallecía el conocido compositor y cantante Argentino Rodolfo Giménez, más conocido como Argentino Luna. Tengo una colección de sus discos y tiene hermosos temas que iré presentando más adelante. Hoy quiero recordarlo y rendirle un homenaje, para ello nada mejor que el artículo escrito por Alejandro Tarruella de la agencia noticiosa Telam y que dice así:

“Era un hombre de ojos achinados, Rodolfo Giménez era su nombre y alguien le propuso cambiarlo porque Rodolfo Polo Giménez era el autor de “Paisaje de Catamarca” y “Viejo Corazón”.

Los nombres no eran cosas que el viento lleva impunemente; su madre, era Esperanza, peona como Lino, su padre. Así se hizo Argentino Luna.
Era un decidor con dotes de actor en el escenario.
Cantó triunfos, huellas, zambas y fue conocido en todo el país por recitar “El Malevo”, del oriental Osiris Rodríguez Castillo (autor de “Cielito de los tupamaros”).
Un día de 1968 fue a la Emi Odeón y presentó su “Zamba para decir adiós” y Hernán Figueroa Reyes se la pidió para cantarla.
Su nombre ganó popularidad por las radios, y él la grabó al mismo tiempo que lo hicieron Jorge Cafrune y Los Chalchaleros.
Su destino se hizo popular y en las guitarreadas de fines de los años sesenta, Argentino Luna se volvió uno de los nuestros.
Era tan popular que en una reunión masiva en Atlanta, Firmenich dijo: “todos son buenos amigos pero el poncho no aparece”, en alusión a su tema “Pero el poncho no aparece” que sonaba en el ’73.
El Negro Luna llevaba una guitarra mal encordada y una envidiable capacidad de hacer canciones.
Lo conocí en la Odeón de los estudios grandes de la calle Mendoza, donde los productores Esteban Toselli y Hugo Casas hacían unos de los repertorios populares únicos en la historia de esos años.
Era un tipo chispeante, de palabra fácil y sonrisa ancha, que sabía improvisar por décimas y crear con sencillez.
Lo acompañé a presentar su larga duración, los viejos discos de vinilo a General Madariaga, su pueblo.
Llegué una madrugada de lluvia con mi hijo Ramón de cinco años y nos resguardamos en un boliche donde cantaba bossa novas y milongas, el notable guitarrista y cantor oriental Carlos López Terra.
Al presentar su disco, Luna tenía un vaso de aparente vino y la gente le hacía alusiones a las uvas que el viento lleva. “Tengo un recuerdo de antiguos vinos que vagan por mi paladar”, les dijo Luna.
En realidad, hacía años que no bebía pero no podía decirlo, había un código común de comuniones de pueblo que lo impedían.
De ser un trabajador del campo había agarrado la guitarra como quien toma una pala y le da duro para atravesar la tierra.
Sin embargo, muchacho de poca escuela y mucho trabajo, leía a Almafuerte, a Neruda, a Guillén, a García Lorca y estudiaba paciente a Yupanqui y a Ramón J. Castilla, e iba adquiriendo los dones de un oficio de tierras y caminos.
Julio Marbiz se había impresionado con su “Zamba para decir adiós” y lo difundía.
“Tirado panza arriba, acariciando la pampa con mis manos niñas y bajo la celeste techumbre del cielo, me gastaba los días mirando el vuelo de los pájaros y escuchando el profundo silencio de la campiña bonaerense”, podía decir de golpe, sin reparos, para definir el paso de sus días.
Tuvo la costumbre de arrimarse a los pueblos y cantar como un hombre solo, solidario y ameno; él y su guitarra.
Se organizaba los programas y si en un pueblo lo contrataban, paciente, se arrimaba a otros de las cercanías y cantaba.
Y era solidario. En los años 80, una tarde me pidió que lo acompañara a Concordia porque tenía un compromiso con una escuela rural que cumplía 25 años.
Llegamos a casa de don Florencio López, verseador del pueblo que conocía la selva de Montiel donde se refugió Yupanqui en 1933, y mateamos hasta la madrugada.
En la escuela, Argentino Luna era el artista que cerraba el festejo. Los niños, las maestras, los padres, iban de punta en blanco.
De pronto, se me acercó Luna y me dijo: “mirá el guardapolvos del director, está todo zurcido a mano”.
Divisé el traje de lujo de aquel hombre y observé por sus ojos, que el blanco almidonado y fulgurante tenía varias heridas cocidas por manos anónimas y sentí que la dignidad siempre tiene círculos trazados a tiza sobre las herrumbres del camino.
“Con la siesta en los hombros de su cansancio/ va mi padre en el surco tras el arado,/ va pisando terrones, mascando un sueño”, cantó.
Recogía un tiempo que hacía presente en su canto compartido.
Y cantaba asuntos del pueblo sencillo, lo que tal vez explique que era difícil verlo en otros escenarios que no fueran la madera sencilla de las personas de trabajo a las que llegaba como una palabra esperada. Improvisaba como un payador o sacaba una copla del bolsillo de las viejas carencias.
Se sentía hombre de provincias y amaba Buenos Aires como en su canción “La voz del interior” o llamaba a la negritud con polenta y tumba en tierna surería de ánimas.
Cuando presentó “Mire que lindo mi país, paisano”, en los ochenta la repercusión no se hizo esperar.
¿Sabés como nació esa canción?
Venía una noche del sur en avión y en Neuquén bajo un cielo estrellado, vi ventear el gas allá abajo, tirarlo.
Me agarró bronca y pensé en el país, en los trabajadores que hacían su esfuerzo para que otros tiraran el gas”, seguía contando en una narración sin silencios.
Fue un éxito perdurable que cantaría también en España, en Japón y los Estados Unidos, en escenarios que destacaban la canción y la copla.
Además, fue escuchado porque hoy ese gas se usa para producción industrial y en la red domiciliaria.
Lo vi en Quilmes muchas veces, en Cosquín, yendo en auto hasta Santa Victoria Oeste, Chaco salteño para actuar a beneficio en los encuentros que hace el Chaqueño Palavecino en apoyo a las escuelas de Rancho Ñato y otras localidades.
Cantaba entre nubes de polvo mientras el pueblo asistía tal vez al único hecho artístico del año, hambriento de canciones.
Me encontré con él en la Salada, en recitales para los que trabajan y siempre era el Negro Luna, decidor, que cantaba entonces contra las lacras de los noventa.
Por ahí se escuchaba su testamento “No dejo mucho, lo siento, porque mucho no guardé”.
“Les dejo un sueño olvidado que nunca pude cumplir versos que no he de escribir” y “alguna frase inconclusa que nunca pude decir”.
Hugo Casas percibió su paso en el reciente Cosquín: “tengo dolores, padeceres, no estoy bien, me parece que me llama el trigo”, le dijo como si recordase a Miguel Hernández que pedía “despedidme del sol y de los trigos” porque en la canción popular unos y otros se hermanan en palabras que se urden amasando tierras comunes”.

martes, 22 de marzo de 2011

Luis Espinal/Gastar la vida

Recordando los 31 años de su muerte, nada mejor que una de sus “oraciones a quemarropa” tuve que escoger la que me pareció más apropiada, pero todas son tan buenas….

GASTAR LA VIDA (Luis Espinal)

Jesucristo ha dicho: “Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mi, la recobrará en la vida eterna”.

Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.

Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.

Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta,
sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.

Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar
el sacrificio, y buscar la seguridad.

Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos,
y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad,
como el agua de la vertiente,
como la madre da el pecho al niño,
como el sudor humilde del sembrador.

Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.

El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás
esperando en la noche, con mil ojos llenos de lágrimas.

sábado, 19 de marzo de 2011

Padre


Para recordar el día del padre en Bolivia, encontré este bonito poema que me gustó mucho y aquí lo pongo para que lo disfruten.

Padre, se te nota muy cansado,
apoya tu cabeza en mi hombro
y deja correr tu imaginación.
Hay una brisa muy suave
el día está amaneciendo
detente a recordar
las cosas buenas que dan alegría
y no las malas que hacen llorar.

Hoy los pájaros cantan alegres,
avisan que se asoma un nuevo día
y aunque tu cuerpo con los años se ha encogido
y tus pasos se hacen aún más lentos
no así tu corazón, que ha crecido
para dar más amor, y guardar sueños
que tuviste a lo largo de la vida

Recuerdos serenos del alma
experiencias sentidas de valor,
tu recompensa será el respeto
y así padre querido, seguirás viviendo
sintiendo a tu lado: el amor

(María Luz Novoa)

viernes, 18 de marzo de 2011

Una derrota que duele


El pasado Domingo, el club Bolívar sufrió una de las peores derrotas de los últimos tiempos, perdió en condición de visitante en Santa Cruz por 6 a 0 a manos de Oriente Petrolero. Sí nada más y nada menos que seis a cero, los hinchas celestes entre los cuales me cuento yo, no podíamos creer lo que pasaba; quise escribir una crónica del partido el día Lunes pero no pude, estaba demasiado caliente como para expresar con equilibrio todo lo que sentía en aquél momento. Ahora ya pasados algunos días y analizando las repercusiones que tuvo el suceso puedo lanzar más serenamente mi opinión al respecto.

Primero, debo apuntar, que lo que hice fue buscar culpables de esta lamentable situación del club de mis amores y llegué a la conclusión de que los únicos y exclusivos culpables de todo son los dirigentes del club. No se puede concebir que se haya dado receso a los jugadores y cuerpo técnico por espacio de tres días por el carnaval. Después del conocido verso de todo técnico extranjero que llega: “este es un proceso y tenemos que trabajar mucho” todo foráneo que llega ya sea futbolista o entrenador, aprovechan cualquier ocasión para darse una escapada a su tierra y el argumento siempre es el mismo. “razones familiares”. Claro parecería que ellos son los únicos que tienen familia y problemas.

Segundo, el Nacho García llegó a Bolívar no sé recomendado por quién, pero hasta ahora y a lo largo del campeonato apenas sí lo hemos visto jugar. Entre lesiones y expulsiones se está dando unas vacaciones pagadas que cualquier ciudadano envidia. Conocemos ese estrategia en algunos jugadores “mañudos” de nuestro futbol: o se lesionan, o se hacen expulsar y así a lo largo del año apenas juegan tres o cuatro partidos y son de los que más ganan en el club. La misma apreciación para Alex Da Rosa que jamás demostró en Bolívar nada de lo que futbolísticamente posee. Es que a veces cuando el sueldo está seguro, los jugadores prefieren pasar desapercibidos.

Tercero, el comité técnico del club es una buena mandarina, no sé quién los asesora o si tienen algún contrato de exclusividad con algún empresario que trae jugadores al país, lo cierto es que hasta el momento y desde que se hicieron cargo del club, no hicieron una sola buena contratación del extranjero y eso que la plata en este caso sobra. Que yo sepa Baisa nunca se opuso a ninguna contratación pero los resultados están a la vista. Todos los que traen son malos inclusive los “chipriotas” de los cuales se prometía que iban a llegar para jugar a la “Europea”.

Pobre don Guido Loayza, eligió colaboradores pésimos esta vez para su gestión y ahí están los resultados, pobre técnico Hoyos que pensó que trayendo sus jugadores preferidos de su anterior equipo iba a triunfar cómodamente, pobre gerente de Baisa que pensó que poniendo mucha plata iba a ser campeón y pobre mi equipo Bolívar que tiene jugadores como el de la foto que no merecen vestir la gloriosa camiseta celeste.

Por mi parte me voy alejando cada vez más del futbol, estoy asqueado de dirigentes que solo se aprovechan de las instituciones para hacer del futbol su medio de subsistencia y hacerse ricos con la plata ajena. Que vergüenza para el club, ojalá puedan revertir este mal momento, pero con lo mal que juegan, lo considero poco menos que imposible…porque este resultado pudo darse alguna vez años atrás, pero nunca jugando tan mal como ahora.

sábado, 12 de marzo de 2011

Imaginación

Cuenta una antigua leyenda que, en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró encontrar un chivo expiatorio para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas posibilidades de escapar al terrible veredicto: LA HORCA.

El Juez, también en complot, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo. Por lo que dijo al acusado:

"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras CULPABLE e INOCENTE. Tu escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino."

Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: CULPABLE, pero el hombre virtuoso, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa en los labios, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon de modo airado:

- Pero... ¿Qué hizo?... y ¿ahora cómo vamos a saber cuál ha sido el veredicto?

- Es muy sencillo, respondió el hombre... Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué.

Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

MORALEJA: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.


SEA CREATIVO. CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, TRATE SIEMPRE DE USAR SU IMAGINACIÓN.


"En los momentos de crisis sólo la imaginación es más importante que el conocimiento". Albert Einstein

miércoles, 9 de marzo de 2011

El Pepino rey del carnaval Paceño

Para estos días de carnaval me pareció interesante compartir un fragmento de este bonito artículo del Dr. Guillermo Monje acerca de este personaje tan interesante del carnaval Paceño.

"Se levanta del arrabal y a brincos llena las calles. Con voz aguda emite piropos y requiebros sensuales a la par que pronuncia inesperadas frases, encarando la situación del momento desde su ángulo cómico. Es ágil mentalmente y de su improntu fluyen sabrosas glosas y pasmosos comentarios. Se mezcla entre los niños y adultos creando la algazara porque obtenerlo es uno de sus propósitos. Hace piruetas elevándose en saltos, arrodillándose o llamándose a reposo en cualquier sitio, preferentemente en medio de la calle, para volver a ganar los espacios súbitamente como quién sale de un sopor letal hacia una nueva manifestación de vida. Engaña al público con un paréntesis de muerte para luego desconcertarlo con la resurrección.

Su cara no tiene relieve pero resulta expresivo en los dos polos del histrionismo, acaso casualmente presentido por el mascarero anónimo que le dio la vida sobre un simple saquillo de tocuyo, lienzo humilde del cuál fuel el hábil artesano hizo surgir un promontorio excepcionalmente gracioso. La nariz, esa nariz personalísima que otro bufón no tiene. Asimismo, debajo de unas cejas alborotadas que se cargan de lana escarminada, se hallan las guarniciones de los ojos verdaderos del pepino, de este ser dicotómico enfundado en la máscara criolla del traje supuestamente derivado del Arlequín, o quién se estima, fue su antecesor.Seguro es que nuestro Pepino no tiene memoria de él, engreído e insólito, es categóricamente él mismo y porque él mismo se considera un expósito cuya existencia es testimonial, solo en los días de carnaval.

Para nosotros es una especie de rapsoda pendular que baja de las alturas del villorrio paceño, se columpia en los cerros, ocupa la urbe y al terminar la fiesta vuelve a su madriguera, si es posible volver cuando no lo retiene el alcohol. En este caso se rinde su última sonrisa en un zaguán o en el pretil de la calle, asumiendo ser dueño de ello o simplemente porque el cansancio le deja sin sentido, quedándose de "cúbico dorsal" como dice la gendarmería que lo recoge para tratarlo como una porción más del basural urbano.

El Pepino viste siempre de gala, combinando colores de seda, raso o piel de lobo, telas suaves y dúctiles para favorecer sus contorsiones de acróbata fugaz. Su gracia y sus alusiones o cierto mamotreto de trapos que lleva a guisa de su criatura para el escarmiento de los demás, son el anzuelo de una aventura erótica que protagonizará furtivamente detrás de un portón cualquiera o a la sombra de un árbol.

El Pepino se reproduce milagrosamente y se convierte en tal muchedumbre que hace temblar los cimientos de la ciudad en su marcha de Churubamba a El Prado en la entrada del carnaval paceño. Su paso sacude el alma de las mujeres jóvenes que muy a fondo de sí, esperan ser acariciadas por su voz persuasiva y sus ágiles brazos, sin haber visto la faz auténtica del hombre. Poseer sin identificarse, parece entonces su mayor habilidad...”.

Dr. Guillermo Monje - Año 2000

domingo, 6 de marzo de 2011

Uno aprende

Encontré este hermoso poema de Borges medio perdido entre mis libros y me pareció importante publicar una entrada del blog con él. Cuanta sabiduría de la existencia humana emana esta poesía… aprendamos…

UNO APRENDE

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende
que el amor no significa acostarse,
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien
le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
Y con cada día uno aprende.

Jorge Luis Borges

jueves, 3 de marzo de 2011

Luz y oscuridad


En una ocasión la oscuridad, alarmada, advirtió que la luz le estaba ganando terreno. Decidió ponerle un pleito a la luz, pues no podía permitir que la aventajase, ni quería que lo hiciese. Unas semanas después se llevó a cabo la audiencia. Llegaron a la sala del juicio la luz con su abogado y el el abogado de la parte demandante, pero pasaban los minutos y la oscuridad no se presentaba. Después de un tiempo el juez falló a favor de la luz por incomparecencia de la oscuridad.
¿Qué había sucedido? Finalizada la vista, cuando los abogados abandonaban la sala, descubrieron que la oscuridad estaba afuera.
¿A qué se debió su extraño comportamiento? Pues simplemente, a que la luz impide la presencia de la oscuridad.

REFLEXIÓN:
La luz es la conciencia, la oscuridad la inconsciencia.
La estrategia consiste en disipar gradualmente la oscuridad mediante la luz, es decir, suscitar y experimentar emociones positivas capaces de desplazar las adversas. pero más aún: Las emociones negativas no son más que la ausencia de las positivas, por lo que basta con tener al alcance las positivas para que las otras no alcances a manifestarse. nada bueno nace de las emociones negativas, por el contrario, todo lo sano y hermosos procede de las positivas.

Autor desconocido