Viva Mafalda! La niña anticonformista creada por Quino en 1964
cumple 50 años sin perder actualidad, porque “muchas de las cosas que ella
cuestionaba siguen sin resolverse” en Argentina y en el mundo, dijo el autor de
la historieta.
“A veces me sorprende cómo algunas de esas tiras dibujadas hace
más de 40 años todavía pueden aplicarse a cuestiones de hoy”, comentó el
guionista y dibujante argentino de 81 años desde Madrid, donde reside parte del
año.
El resto del tiempo vive en Buenos Aires, y por razones de
salud no pudo asistir al Festival Internacional del Cómic de Angulema (Francia),
que montó una exposición de homenaje a Mafalda con el apartamento de la pequeña
como decorado.
A través de la mirada crítica de esta niña de clase media,
Quino dio su propia visión anticonformista del mundo. No le gusta el fútbol
—dice que no lo entiende— y solo fue dos veces a una cancha. A Mafalda no le
gusta la sopa y critica el mundo de los adultos.
Sus temas favoritos son los problemas económicos y sociales,
las desigualdades, la injusticia, la corrupción, la guerra o el medio ambiente.
“Sin ir más lejos, el año pasado salió en Italia un libro sobre Mafalda... Lo
increíble es cómo muchas de esas historietas parecían hacer referencia directa a
la campaña de Berlusconi”, comentó.
La pequeña niña de pelo negro y lazo rojo lanzó al autor a la
fama en 1964. Había esbozado el personaje un año antes, en una tira destinada a
hacer publicidad de una marca de electrodomésticos que no prosperó.
“Adapté la tira. A la nena le puse Mafalda. Y arranqué la
historieta sin el menor plan. Ya que no tenía que elogiar las virtudes de
ninguna aspiradora, la hice protestona, cascarrabias. Fue una revancha
inmediata”.
Quino hacía dibujos llenos de humor y poesía 11 años antes de
crear Mafalda, y siguió haciéndolos tras poner fin a las aventuras de su
personaje en 1973. Luego vino el exilio en Milán en 1976, tras el golpe militar.
“La patria significa juventud, por lo que estar lejos de ella ha hecho que mi
humor se haya vuelto un poco menos vivaz, pero tal vez algo más profundo”.
Según el dibujante, durante la dictadura “Mafalda no fue
censurada, creo porque el medio artístico de las historietas era considerado un
género menor, que no representaba una amenaza como voz histórica”. Sus dibujos
no aparentaban ser un arte altamente intelectual y eran percibidos como un
entretenimiento.
Quino puso fin a la serie porque “estaba cansado de hacer
siempre lo mismo”. “La decisión pasó hasta por zonas conyugales, porque mi mujer
estaba podrida de no saber si podíamos ir al cine, invitar gente a cenar, porque
yo estaba hasta las diez de la noche con las tiras”, explicó.
“Además me costaba mucho no repetir. Cuando no se me ocurría
nada, echaba mano a Manolito o a Susanita, que eran los más fáciles. Si hubiera
continuado la historieta, los más ricos eran Miguelito y Libertad”. ¿Cómo ve a
la Argentina y al mundo de hoy? “Nuestra obligación es creer en que el futuro va
a ser mejor, aunque en el fondo sepamos que todo seguirá como hasta ahora”,
dijo.
Tomado de La Razón del 31/01/2014
JEAC.