viernes, 30 de diciembre de 2016

Celebrar


Celebrar hace bien al hombre.
Celebrar hace mejor al hombre.
Celebrar iguala, lima asperezas,
termina con las diferencias.
Celebro sin preocuparme por la condición
de quién está a mi lado.
Solo sé que es un co-celebrante,
alguien que celebra conmigo.
Quien vibra con las mismas emociones,
tiene las mismas inquietudes y anhela
y añora un mundo en paz.
Celebremos las fiestas, celebremos en comunidad,
sin exclusiones, con el corazón purificado por el amor.

Elías D. Galati.


Publicado por JEAC.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Bienes invisibles


Un bonito cuento para esta Navidad:

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en su solo cuarto, en una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de Navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá Noel. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos.

Pero su mamá sabe que no habrá regalos de Navidad para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se compran con dinero, y bienes invisibles, que no se compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo.

Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y se la muestra su mamá: "¡Está llena de bienes invisibles!", le dice, y se le ve feliz.

Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se reúnen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su regalo. "¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído Papá Noel?", le preguntan.

Tomás muestra feliz su media vacía: "¡A mí me ha traído bienes invisibles!", contesta. Los chicos se ríen de él. Entre ellos 
Federico un niño consentido quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por envidia sus compañeros le hacen burla porque su lindo auto a pedal no tiene marcha atrás, y enfurecido destruye el valioso juguete.

El papá de Federico se aflige, y se pregunta como podría darle gusto a su hijo. En eso ve a Tomás sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le pregunta: "¿Que te ha traído Papá Noel?"

"A mí bienes invisibles", contesta Tomás ante la sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de una mamá.

El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá, el camino a la felicidad.

Bernardino Piñera Carvallo.


Publicado por JEAC.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Qué es Navidad?


Navidad es volver a nacer, devolver bien por mal y cambiar odio por amor, dudas por fe y tinieblas por luz.
Acoge a Dios en tu alma y entonces te será más fácil acercarte al distante y al distinto.
Celebra esta fiesta en familia, consciente de todos tus dones y dando gracias por múltiples bendiciones.
Navidad es compartir con los menesterosos y al mismo tiempo amar de verdad a los que tienes cerca.
Apela a lo mejor de ti y quiere más a los que viven contigo, reconcíliate y estrecha los lazos del amor.
Navidad es perdonar con el alma a alguien que te haya lastimado, no es un ser malo, es un hijo de Dios equivocado.
También es perdonarte con tierna compasión y sanar el pasado, libre de culpas, odios y rencores.
Navidad es creer que el futuro nunca es incierto si llenas de amor el presente.

Navidad es Dios en tu corazón.

José Rengifo - Santiago de Cali - Valle - Colombia.


Publicado por JEAC.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Mirando las estrellas


Mirando las estrellas me di cuenta que en cada una de ellas existe un paraíso. Mirándolas a ellas descubrí la infinidad de cosas que perdemos. Ellas que están allá, tan lejos de este mundo, al menos sobreviven con su pequeño brillo; y nosotros acá, tan llenos de momentos, nos sentimos morir cuando algo se termina.

Mirando las estrellas comprendí el valor que no damos a la vida. Cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos. Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo... La vi volar sin rumbo y la noté perdida. Me di cuenta que a veces no sólo en este mundo existe soledad... que ellas también la sienten, como cualquier persona, pero al menos siguen brillando, buscando una razón para salir de ella. En cambio acá, nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida; y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban.

Mirando las estrellas pude ver que la felicidad llega en cualquier momento... que todo se termina en este mundo, desde lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso. Hoy mirando una estrella, sentí el calor aquel del amor que se fue... Y descubrí que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que se perdió algún día. Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas... Que a veces nos sorprende, nos da felicidad, y a veces se transforma en lo peor que hay.

Mirando una de ellas, crecí un poquito más. Aprendí a sonreír, y a ver la realidad. Mirando una de ellas, pude ver la verdad:

- Que no sirve el orgullo cuando existe amistad;
- Que no sirve llorar cuando un amor se va;
- Que no vale la pena aprender a callar;
- Que no existen fronteras cuando tenemos vida...
- Que aprender a vivir, es lo mejor que hay!!!!

Autor Desconocido.


Publicado por JEAC.

domingo, 11 de diciembre de 2016

La furia y la tristeza


Haciéndose compañía, llegaron una vez la tristeza y la furia a un estanque mágico para bañarse. Cuando estaban junto al agua, se quitaron sus ropas y desnudas entraron a bañarse. La furia apurada como siempre, inquieta sin saber porqué, se bañó y rápidamente salió del estanque. Pero como la furia es casi ciega, se puso la primera ropa que encontró que no era la suya sino la de la tristeza.

Vestida de tristeza, la furia se fue como si nada pasara. La tristeza, tranquila y serena, tomándose el tiempo del tiempo, como si no tuviera ningún apuro -porque nunca lo tiene- mansamente se quedó en el agua bañándose mucho rato y cuando terminó, quizás aburrida del agua, salió y se dio cuenta de que no estaba su ropa. Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo. Entonces se puso la ropa de la furia, la única ropa que había y así vestida de furia siguió su camino.

Cuentan que a veces, cuando uno ve al otro furioso, cruel, despiadado y ciego de ira, parece que estuviera enojado, pero si uno se fija con cuidado, se da cuenta de que la furia es un disfraz y que detrás de esa furia salvaje se esconde en realidad la tristeza.

Tomado del libro "26 Cuentos para pensar" de Jorge Bucay.


Publicado por JEAC.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

La Invitación

No me interesa saber cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a soñar con encontrar lo que tu corazón anhela.

No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.

No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a nuevos dolores.

Quiero saber si puedes vivir con el dolor, el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuarlo o de remediarlo.

Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí sin que tu prudencia te llame a ser cuidadoso, a ser realista, a recordar las limitaciones propias de nuestra condición humana.

No me interesara saber si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para ser fiel a ti mismo; si podrías soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma; si eres capaz de ser desleal y, por lo tanto, digno de confianza.

Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no sea agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia.

Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del lago gritarle a la luna llena: "¡Sí, yo puedo, yo puedo!".

No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de aflicción y desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos.

No me interesa saber a quién conoces, ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo y no lo rehuirás.

No me interesa saber ni dónde, ni cómo, ni con quién estudiaste. Quiero saber lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo y si en verdad aprecias tu propia compañía en los momentos de vacío.

Oriah Mountain Dreamer.


Publicado por JEAC.

viernes, 2 de diciembre de 2016

Como se mide la vida?

La vida no se mide anotando puntos, como en un juego.
La vida no se mide:
- por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros.
- según los planes que tienes para el fin de semana o por si te quedas en casa solo.
- según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido.
- por las personas que has besado.
- por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
- por lo guapo o por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.
La vida, simplemente, no es nada de eso…

La vida se mide según:
- a quienes amas y a quienes dañas.
- la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
- los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
- lo que dices y lo que haces y de lo que quieres decir o hacer, sea dañino o benéfico.
- los juicios que haces, porqué los haces y a quién o contra quién los comentas.
- a quién ignoras a propósito.
- los celos, el miedo, la ignorancia y la venganza que albergas.
- el amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, cómo lo cultivas y cómo lo riegas.
- cómo usas tu vida para alimentar el corazón de otros.

Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros.
Esas decisiones son de lo que se trata la vida...

Hacer un amigo es una gracia.
Tener un amigo es un don.
Conservar un amigo es una virtud.
Ser un amigo es un honor y un privilegio.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.