jueves, 27 de abril de 2017

Ser libre

Eres libre, cuando amas lo que haces
y cuando haces solo lo que amas.
Eres libre, cuando tu única respuesta a las leyes
es el cumplimiento por el amor.
Eres libre, cuando luchas contra las pasiones.
Eres esclavo cuando te dejas dominar por ellas.
Ser libre es descubrir que Dios ama al que da con alegría.
Si señor: tu libertad es la mayor prueba de confianza
que te dio tu Creador.
Ser libre es atarse con lo que libera:
la verdad, el amor, el deber...
La libertad se realiza en el amor, es decir, en dar de uno mismo.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

domingo, 23 de abril de 2017

Ya es invierno en mi vida


El tiempo -dice el mensaje de un viejo amigo- tiene una manera especial de moverse rápido y tomarte desprevenido del paso de los años.

Parece que solo fue ayer cuando yo era joven todavía. Pero en realidad hace ya mucho tiempo y ahora pienso, ¿adónde se fueron los años? Sólo sé que los he vivido todos.
Ahora estoy en el invierno de mi vida y esta situación me agarra de sorpresa. ¿Cómo llegué aquí tan rápido? ¿Adónde se fueron los años? ¿Adónde se fue mi juventud?
“Recuerdo bien cuando veía gente mayor y pensaba que aquellas personas de mucha edad estaban tan lejos de mí que no me podía imaginar cómo sería su visión de la vida… Pero aquí está mi propio invierno y ahora yo también soy uno de ellos.  
“Así que ahora entro en esta nueva etapa de la vida sin preparación alguna para todos los dolores y achaques y la pérdida de fuerza o habilidad para hacer todas las cosas que quisiera haber hecho, pero que nunca hice.
Por lo menos sé que, aunque mi invierno ha llegado sin que yo sepa con seguridad cuánto va a durar, sí sé que cuando se acabe, se acabó todo. ¡Otra aventura empezará!
“Sí, tengo arrepentimientos. Hay cosas que hubiese querido no haber hecho, cosas que debí haber hecho, pero de verdad, también hay muchas cosas de las que estoy contento por haberlas hecho.
Así que si todavía tú no estás en tu invierno, permíteme recordarte que el mismo estará aquí mucho más pronto de lo que piensas. Por tanto, cualquier cosa que quieras lograr en tu vida, por favor, hazla rápido. No lo pospongas por mucho tiempo. La vida se pasa volando.
Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya es tu invierno o no.
Nadie te ha prometido que verás todas las estaciones de tu vida, así que vive por el hoy y di todas las cosas que quieres que tus seres queridos recuerden, con la esperanza de que ellos lo aprecien y amén por todas las cosas que has hecho por ellos en los años pasados.”

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

miércoles, 19 de abril de 2017

Los sueños


Los sueños que son tomados de nuestro exterior, es decir que no nacen en lo más profundo de nuestro corazón nutridos por nuestra propia esencia, no son tales, sino demandas sociales creadas por heridas históricas que resuenan con los estados de necesidad de nuestro ego, en definitiva una invitación a reforzar nuestro victimismo y el de la misma sociedad, que implica siempre renunciar a nuestro poder creativo. Así han nacido muchas revoluciones que nos han llevado no a una mayor concordia, sino a nuevos enfrentamientos entre nosotros en el laberinto de la dualidad.
Un sueño auténtico nace más allá de las necesidades de nuestro ego y por lo tanto fuera de ese laberinto. Seguirlo nos da alas, su camino nos enriquece como personas. Una nueva humanidad no se puede construir con sueños que no nazcan en la originalidad de cada uno de nuestros corazones, es decir de nuestra propia creatividad. Por eso, un sueño auténtico no puede ser fruto de una reivindicación social, sino consecuencia de vernos y sentirnos creadores del futuro.
Construir un futuro que ya vive en nuestro corazón, realizar nuestros propios sueños, es contar con su sabiduría, la cual nos garantiza avanzar sin enemigos, sin enfrentar unas banderas a otras, mejor aún, sin necesidad de ninguna bandera.
Ir en pos de nuestros auténticos sueños es el mayor acto de libertad, pues no requiere el permiso de nadie ni sacar nuestra espada. Además, en cada paso que demos la confianza en nuestro poder creador aumenta. Seguir un sueño auténtico es ir a nuestro propio encuentro, descubrirnos como nuestro propio tesoro. Una sociedad de personas así enriquecidas viviría en la abundancia de quien sabe que sus bienes no se pueden acabar. Querido lector, no tomes sueños prestados, que vienen de fuera disfrazados de promesas de felicidad, busca en tu corazón los que verdaderamente te pertenecen y entrégalos al mundo, enriquécenos a todos desde tu fuente inagotable de creatividad.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

miércoles, 12 de abril de 2017

Serrat/Esos locos bajitos

En homenaje al día del niño, presento una hermosa composición de Joan Manuel Serrat, grabada en su disco “En Tránsito” el año 1981.

Sobre la base de un poema de Horacio Salas, Serrat compone esta entrañable canción a la que pone título según la definición que el humorista Miguel Gila hace de los niños: “los niños son locos bajitos. La evidencia es bien clara. Son bajitos y están locos…”.

Esta canción es todo un manual sobre lo que para Serrat es la educación de un hijo, sobre lo que supone verlos crecer y que un día puedan irse sin más; sobre la difícil tarea de transmitir a alguien nuestro mundo de frustraciones e inseguridades, sin tener vocación ni experiencia. Experiencias de la vida hechas canción que el propio Serrat vivía en aquellos años tras nacer su hija María.

Esos locos bajitos (Joan Manuel Serrat)

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, hay que domesticar.

Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.

Niño, deja ya de joder con la pelota...

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día nos digan adiós.


Publicado por JEAC.

martes, 11 de abril de 2017

El fanático del Futbol


El fanático es el hincha en el manicomio. La manía de negar la evidencia ha terminado por echar a pique a la razón y a cuanta cosa se le parezca, y a la deriva navegan los restos del naufragio en estas aguas hirvientes, siempre alborotadas por la furia sin tregua.
El fanático llega al estadio envuelto en la bandera del club, la cara pintada con los colores de la adorada camiseta, erizado de objetos estridentes y contundentes, y ya por el camino viene armando mucho ruido y mucho lío.
Nunca viene solo. Metido en la barra brava, peligroso ciempiés, el humillado se hace humillante y da miedo el miedoso. La omnipotencia del domingo conjura la vida obediente del resto de la semana, la cama sin deseo, el empleo sin vocación o el ningún empleo: liberado por un
día, el fanático tiene mucho que vengar.
En estado de epilepsia mira el partido, pero no lo ve. Lo suyo es la tribuna. Ahí está su campo de batalla. La sola existencia del hincha del otro club constituye una provocación inadmisible. El Bien no es violento, pero el Mal lo obliga. El enemigo, siempre culpable, merece que le retuerzan el pescuezo. El fanático no puede distraerse, porque el enemigo acecha por todas partes. También está dentro del espectador callado, que en cualquier momento puede llegar a opinar que el rival está jugando correctamente, y entonces tendrá su merecido.

Tomado del libro “El futbol a sol y a sombra” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.

sábado, 8 de abril de 2017

El Hincha del Futbol

Eduardo Galeano nos propone las diferencias entre el hincha y el fanático del futbol. En esta entrega se describe al hincha del más popular de los deportes, en el lenguaje claro, alegre y preciso del gran escritor.

Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio.
Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo. En este espacio sagrado, la única religión que no tiene ateos exhibe a sus divinidades. Aunque el hincha
puede contemplar el milagro, más cómodamente, en la pantalla de la tele, prefiere emprender la peregrinación hacia este lugar donde puede ver en carne y hueso a sus ángeles, batiéndose a duelo contra los demonios de turno.
Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado. Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos.
Rara vez el hincha dice: «hoy juega mi club». Más bien dice: «Hoy jugamos nosotros». Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música.
Cuando el partido concluye, el hincha, que no se ha movido de la tribuna, celebra su victoria; qué goleada les hicimos, qué paliza les dimos, o llora su derrota; otra vez nos estafaron, juez ladrón. Y entonces el sol se va y el hincha se va. Caen las sombras sobre el estadio que se vacía. En las gradas de cemento arden, aquí y allá,
algunas hogueras de fuego fugaz, mientras se van apagando las luces y las voces. El estadio se queda solo y también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas
después de la muerte del carnaval.

Tomado del libro “El Futbol a sol y a sombra” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.

martes, 4 de abril de 2017

Lugar encantado


Todos necesitamos de un lugar encantado,
ese lugar especial dónde guardar nuestros secretos...
Hay un lugar oculto,
que solamente vive en tus pensamientos,
un jardín mágico, encantado,
dónde las hadas cuidan de tus tesoros...

Las hadas son seres especiales,
que viven en nuestros sueños,
que realizan nuestras fantasías,
y que mantienen vivas nuestras ilusiones.

Pide un deseo, con mucha fuerza,
y siente cómo se realiza,
nunca permitas que mueran tus ilusiones,
manténlas vivas, mantén siempre esa esperanza
de que lo que deseas se convertirá en realidad...

La vida es un sueño,
disfrútala, vive cada día dando amor,
deja que las hadas de los cuentos infantiles,
te ayuden a realizar tus sueños...

Necesitas de una mano amiga,
necesitas las ilusiones,
mientras ellas vivan en ti,
tu vida será siempre un lugar encantado!!!

Tomado sin permiso del blog “Mi Tribu Urbana”


Publicado por JEAC.