martes, 28 de noviembre de 2017

Caminos de la vida (Frases)


A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
(Jean de la Fontaine)

En un bosque se bifurcaron dos caminos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia.
(Robert Lee Frost)

La existencia es un viaje en el que no existen los caminos llanos: todo son subidas o bajadas.
(Arturo Graf)

Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría.
(Proverbio árabe)

La esperanza no es ni realidad ni quimera. Es como los caminos de la Tierra: sobre la Tierra no había caminos; han sido hechos por el gran número de transeúntes.
(Lu Xun)

En largos caminos se conocen los amigos.
(Anónimo)

Todos los caminos conducen a Roma
(Anónimo)

A menudo encontramos nuestro destino en los caminos que tomamos para evitarlo.
(Anónimo)

Avanzar por caminos construídos es negarse la oportunidad de construir mejores caminos.
(Anónimo)

Existen tantos caminos que a veces tomo el equivocado.
(Anónimo)

Son largos los caminos de la vida, pero vale la pena recorrerlos a pie.
(Anónimo)

Varios caminos se abrieron a mi paso; yo tomé el menos transitado. Eso Marcó La Diferencia.
(Anónimo)

Lo que importa verdaderamente en la vida no son los objetivos que nos marcamos, sino los caminos que seguimos para lograrlo.
(Percy B Shelley)

Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios.
(Carlo Dossi)

Los caminos de la lealtad son siempre rectos.
(Raimon Lluli)

No hay caminos para la paz; la paz es el camino.
(Mahatma Ghandi)

Solo tenemos una mente, pero millones de caminos en ella por transitar
(Anónimo)

Hay tres caminos que llevan a la sabiduría: la imitación, el más sencillo; la reflexión el más noble; y la experiencia, el más amargo.
(Confucio)

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Fuerza y coraje


Se necesita tener fuerza para ser firme, pero se precisa coraje para ser gentil.

Se necesita tener fuerza para defenderse, pero se precisa de coraje para bajar la guardia.

Se necesita tener fuerza para ganar una guerra, pero se precisa coraje para rendirse.

Se necesita tener fuerza para hacer lo correcto, pero se precisa coraje para tener dudas.

Se necesita tener fuerza para mantenerse en forma, pero se precisa coraje para permanecer de pie.

Se necesita tener fuerza para sentir el dolor de un amigo, pero se precisa coraje para sentir el propio.

Se necesita tener fuerza para esconder los propios males, pero se precisa coraje para poder mostrarlos.

Se necesita tener fuerza para soportar los abusos, pero se precisa coraje para detenerlos.

Se necesita tener fuerza para estar sólo, pero se precisa coraje para pedir apoyo.

Se necesita tener fuerza para amar, pero se precisa coraje para ser amado.

Se necesita tener fuerza para sobrevivir, pero se precisa coraje para vivir.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Eres mayor o viejo?


Mayor es quien tiene mucha edad, viejo es quien perdió la jovialidad.
La edad causa la degeneración de las células; la vejez produce el deterioro del espíritu.
Usted es mayor cuando se pregunta... ¿vale la pena?, usted es viejo cuando -sin pensar- responde que no.
Usted es mayor cuando sueña, usted es viejo cuando apenas consigue dormir.
Usted es mayor cuando todavía aprende, usted es viejo cuando ya no enseña.
Usted es mayor cuando consigue hacer ejercicios, usted es viejo cuando la mayor parte de su tiempo lo pasa sentado o acostado.
Usted es mayor cuando el día que comienza es único, es viejo cuando todos los días son iguales.
Usted es mayor cuando en su agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana, pasado o la semana que viene; es viejo cuando su agenda está en blanco y solo vive pensando en los ayeres.
El mayor trata de renovarse cada día que comienza, el viejo se detiene a pensar que ese puede ser el último de sus días y se deprime, porque mientras el mayor pone la vista en el horizonte, donde el sol sale e ilumina sus esperanzas, el viejo tiene cataratas que miran las sombras del ayer.
En suma, el mayor puede tener la misma edad cronológica que el viejo, ya que sus diferencias están en su espíritu o en su corazón.
¡¡¡Que todos vivan una larga vida y nunca lleguen a ser "VIEJOS"
y el que está viejo que aprenda a disfrutar como el "MAYOR" de cada minuto de su día!!!
Es solo cuestión de elección...

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Hay cuidados que dañan


El discípulo cuidaba el cultivo de arroz pendiente que nunca le faltase el agua.
Ese año, el arroz creció fuerte y la cosecha fue buena.
El segundo año, tuvo la idea de añadir un poco de fertilizante. El arroz creció rápidamente y la cosecha fue mayor.
Al tercer año, aumentó la cantidad de fertilizante.
La cosecha fue mayor aún, pero el arroz nació pequeño y sin brillo.
Inquieto, el discípulo le preguntó al maestro que había ocurrido.
-Si sigues aumentando la cantidad de abono, no cosecharás nada de valor el próximo año -le dijo el maestro-, fortaleces a alguien cuando lo apoyas, pero lo debilitas si lo ayudas demasiado.

MORALEJA: Es más fácil dar que enseñar a conseguir. Es más sencillo ganar la aprobación a corto plazo, que esperar con paciencia la verdadera cosecha.

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

jueves, 2 de noviembre de 2017

La bruja de "Es que"

Cuenta la leyenda que en aquel lejano lugar vivía un bruja mala, de las de medias de rayas y verrugas en la nariz; la bruja mala del "es que".

Cuando los niños que allí vivían cumplían su primer año eran visitados por la bruja mala del "es que", quien les regalaba un inmenso saco lleno de "es que"s de todas las formas y colores, listos para utilizar a lo largo de toda su vida. Cada saco que los niños recibían contenía "es que"s  grandes y pequeños, "es que"s enrevesados y "es que"s sencillos, oscuros y brillantes, "es que"s musicales, graves y agudos,...

A partir de ese día, los niños aprendían a colocar cada mañana varios "es que"s en su mochila o en sus bolsillos, y no dudaban en sacarlos y mostrarlos cada vez que necesitaban justificar su comportamiento.

Los "es que"s eran inagotables, incluso parecían multiplicarse a medida que los años pasaban y, ya adultos, aquellos que en su día fueron niños, seguían llenándose los bolsillos con varios "es que"s cada día.

Todos estaban contentos de poseerlos, ya que resultaban muy valiosos a la hora de encontrar excusas externas que les libraran de temas complejos, comprometidos o que requerían algún tipo de esfuerzo.

De este modo, los niños iban creciendo en su cómodo afán de buscar razones ajenas para sus propias acciones
.
Pero quiso el destino que un día ocurriera algo inesperado. El día que el pequeño "Voy a" cumplía su primer año, la bruja mala del "es que" cayó enferma y no pudo llevarle su regalo porque "es que" estaba en la cama con fiebre!!

Y así fue como "Voy a" no recibió su preciado regalo de cumpleaños y tuvo que desenvolverse en la vida sin su saco de "es que"s.

"Voy a" era un niño peculiar, un tanto extraño diría yo. ¡Tenía la mala costumbre de hacer preguntas! Y no preguntas corrientes, no, hacía preguntas consumidoras de "es que"s. Un día, por ejemplo, se encontró con un compañero de clase que lloraba sentado en un escalón:

- ¿Qué te ocurre? - le preguntó "Voy a".

- "Es que" me han puesto un cero en la redacción - contestó el niño entre sollozos.

- ¿Cómo ha sido eso?

- "Es que" no la entregué.

- ¿Qué pasó para que no la entregaras?

- "Es que" mi perro se puso a jugar y sin darse cuenta, la destrozó.

- ¿Quieres decir que tu perro destrozó tu redacción, no la entregaste, te han puesto un cero y ahora lloras?

Además de preguntar, a "Voy a" le gustaba resumir, aunque cuando resumía de esta manera, los niños se sentían incómodos...

- Sí, "es que"....- el niño rebuscó en sus bolsillos, ansioso por encontrar el "es que" adecuado.  Pero antes de que pudiera encontrarlo, "Voy a" lanzó su última pregunta, aquella con la que solía acabar las conversaciones...

- Y, ¿qué vas a hacer?

El niño sintió una punzada en el pecho, como si se ahogara. Abrió su mochila y revolvió ansioso su interior en busca de un "es que" que poder utilizar. Al fondo, debajo del estuche, encontró un "es que" pequeñito..

- "Es que" no me entiendes - respondió rápidamente y salió corriendo, no fuera a ser que "Voy a" le siguiera preguntando.

Este tipo de episodio se repetía con cierta frecuencia. Los niños procuraban meter cada día más "es que"s en su mochila pero, al final del día, tras una breve conversación con "Voy a", tan sólo quedaba el recuerdo del eco en su interior.

Los "es que"s se agotaban tan rápidamente que los niños y mayores del lugar comenzaron a usarlos cada vez con menos frecuencia, temiendo que se les acabaran.

La bruja mala del "es que", verde de rabia y amarilla de envidia, al ver que su poder iba disminuyendo día a día bajo las demoledoras preguntas de "Voy a" decidió presentarse ante él con un gran saco de "es que"s, los más lujosos y brillantes que tenía, dispuesta a regalárselos.

- ¿Qué quieres? - preguntó "Voy a" al verla llegar tan cargada.

- "Es que" no pude hacerte tu regalo el día de tu primer cumpleaños.

- Gracias, no importa - contestó "Voy a" con amabilidad.

- "Es que" tenía que habértelo dado pero "es que" estaba enferma. "Es que" hacía frío y no me abrigué lo suficiente. Sé que debería haberme abrigado pero "es que" estaba entretenida y no me di cuenta. "Es que" no me acordaba de que era tu cumpleaños ese día porque suelo anotarlo pero "es que" no encontraba el lápiz y lo dejé para más tarde.. - la bruja continuó dando explicaciones inconexas, usando "es que" tras "es que" hasta que, sin darse apenas cuenta, el saco que traía como presente para "Voy a", fue disminuyendo de tamaño.

"Voy a" estaba atento, escuchando cada una de sus palabras, mirándola con sus profundos ojos negros. La voz de la bruja se iba haciendo cada vez más y más aguda y su cuerpo parecía ir menguando a medida que los "es que"s de su saco iban saliendo para desvanecerse en el aire.

Finalmente, con voz serena pero firme y una dulce sonrisa en su cara, "Voy a" le dijo:

- No necesito tus "es que"s, bruja. He aprendido a asumir mis propias responsabilidades. Sé que hay cosas que no dependen de mí y las asumo, pero siempre encuentro algo que yo puedo hacer que sí depende enteramente de mí.  Me siento feliz de controlar mi propia vida, de tomar mis propias decisiones y de asumir las consecuencias de mis acciones. Y tú, ¿qué vas a hacer?

Nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió entonces. Algunos hablan de una fuerte tormenta que levantó a la bruja por los aires y se la llevó a otro lugar aún mucho más lejano. Otros dicen que se derritió quedando en el suelo, a los pies del niño, tan sólo sus medias de rayas y que por eso desde entonces puede verse dibujado un paso de cebra en ese mismo lugar. Lo cierto es que nunca más se supo de la bruja mala del "es que" y que, a partir de entonces, los niños que allí nacían no volvieron a recibir su preciado regalo en el día de su primer cumpleaños.

"Voy a" fue, poco a poco y a través de sus preguntas acabando con todos los "es que"s que aún quedaban. Y dedicó su vida a hacer que los habitantes de aquel lejano lugar aprendieran a tomar conciencia de su propia realidad, buscaran nuevas opciones y asumieran la responsabilidad de sus propios comportamientos.

Y tú, ¿qué vas a hacer?

Gema Sancho – Psicologa Española


Publicado por JEAC.