Señor, tu sabes que estoy envejeciendo.
* Ayúdame a pensar que no soy un pedazo inútil en el movimiento de la vida.
Reconozco que no tengo las mismas capacidades físicas que me animaron en la
juventud, ni los mismos reflejos y disposición. Sin embargo, ayúdame a no
desanimarme.
* No me dejes enmohecer, como la flor quemada por el sol.
*
No permitas que tenga la idea fija de estar hablando de mí el tiempo entero.
* Impídeme estar repitiendo los detalles interminables.
* Dame rapidez
para que sea objetivo.
* Cierra mi boca cuando esté propenso a hablar de mis
dolores y de mis sufrimientos. Ellos están aumentando con el paso de los años, y
mi deseo de hablar de ellos aumenta todos los días.
* Enséñame a dialogar,
sin hacerme excesivamente el hablador, para no causar indisposición en los
demás.
* No permitas concebirme limitaciones innecesarias. Pon mis manos en
el trabajo para que todavía elabore las creaciones en el campo de la música, de
la pintura, de la jardinería, de la cerámica, etc.
* Enséñame la mejor
ocupación para el tiempo que dispongo. Un tiempo que, en los días de la
juventud, reclamaba no tener.
* Permíteme levantarme todos los días
dispuesto a aprender alguna cosa más. Puede ser una forma diferente de usar el
cepillo, una breve poesía, una enseñanza, una receta sorprendente.
* Deseo
ser jovial sin parecer tonto e imprudente.
* Tórname solícito pero no
curioso. Útil, pero no dominador.
* Deseo ser un abuelo que pueda contribuir
con la educación de mis nietos y no el deseducar, con el único propósito que
ellos aprecien salir conmigo, por las tardes en la primavera.
* Enséñame la
lección gloriosa de que, a veces, yo puedo estar equivocado. Aprendí mucho,
guardo experiencias preciosas, pero no tengo el derecho de despreciar los
progresos de la era moderna y de la ciencia. Después de haber adquirido un
conocimiento enorme de sabiduría y experiencia, me da una pena enorme no poder
usarla totalmente, sin crear las turbaciones en los otros.
* Si la
dependencia física se vuelve necesaria, ayúdame Dios mío, a tener paciencia
conmigo mismo, soportando el cuerpo que tanto me sirvió aquí. Con él bailé,
canté, viajé, viví dulzuras, los momentos buenos y malos, por lo tanto ayúdame a
continuar amándolo.
Autor desconocido.
Publicado por
JEAC.