Nunca dejamos de aprender, incluso hoy
que estás leyendo esto, recibirás una gran lección de las águilas:
La razón por la cual el águila construye su nido con hierbas, plumas y espinas, es muy sencilla.
Cuando el aguilucho ha llegado a cierta edad y tiene condiciones para valerse por sí mismo, la madre saca del nido las plumas y las hierbas, de modo que solo quedan las espinas para que incomoden a la criatura.
El aguilucho ya no tiene confort, entonces las espinas le obligan a buscar una mejor casa. Ahí entra el águila madre: desde determinado punto de altura lanza a su hijo y empieza a enseñarle a volar. Lo arroja, el aguilucho extiende las alas, pero todavía no puede sostener el aleteo, el viento le gana, y empieza a caer.
La madre lo observa y desciende a su rescate; lo toma con las patas, nuevamente lo sube y repite la operación: lo vuelve a lanzar. Y así, hasta que la criatura aprenda.
Una vez que aprende ya está apto para emprender su propio rumbo.
Las águilas no apañan la dependencia, de ninguna forma.
Las águilas no mantienen a hijos ociosos, o vuelas o vuelas.
¡Para triunfar en la vida hay que tener características de águila!
El mejor regalo de los padres para sus hijos, es un poco de su tiempo cada día.
Porque las horas que te dedicarás a ver su comportamiento, a enseñarles con el ejemplo, a reír con ellos, serán claves en su desarrollo, ese tiempo invertido en educarlos, será vital para el adulto que será mañana, para el hombre o la mujer que salga a enfrentar la vida con sus mejores armas, y poderosos valores.
La razón por la cual el águila construye su nido con hierbas, plumas y espinas, es muy sencilla.
Cuando el aguilucho ha llegado a cierta edad y tiene condiciones para valerse por sí mismo, la madre saca del nido las plumas y las hierbas, de modo que solo quedan las espinas para que incomoden a la criatura.
El aguilucho ya no tiene confort, entonces las espinas le obligan a buscar una mejor casa. Ahí entra el águila madre: desde determinado punto de altura lanza a su hijo y empieza a enseñarle a volar. Lo arroja, el aguilucho extiende las alas, pero todavía no puede sostener el aleteo, el viento le gana, y empieza a caer.
La madre lo observa y desciende a su rescate; lo toma con las patas, nuevamente lo sube y repite la operación: lo vuelve a lanzar. Y así, hasta que la criatura aprenda.
Una vez que aprende ya está apto para emprender su propio rumbo.
Las águilas no apañan la dependencia, de ninguna forma.
Las águilas no mantienen a hijos ociosos, o vuelas o vuelas.
¡Para triunfar en la vida hay que tener características de águila!
El mejor regalo de los padres para sus hijos, es un poco de su tiempo cada día.
Porque las horas que te dedicarás a ver su comportamiento, a enseñarles con el ejemplo, a reír con ellos, serán claves en su desarrollo, ese tiempo invertido en educarlos, será vital para el adulto que será mañana, para el hombre o la mujer que salga a enfrentar la vida con sus mejores armas, y poderosos valores.
Recuerda: Los mejores regalos que
puedes dar a tus hijos , son las raíces de la responsabilidad y las alas de la
independencia.
Autor desconocido.
Publicado por JEAC.