viernes, 20 de enero de 2023

Simplifica tu vida

 

12  PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA
1. Ordena tu vida
- Sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida – Así que mientras menos posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover, más próximo estarás de ser libre.

2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables
- Dile “no” a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria.

3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre
- Pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película con un ser querido, cenar con los hijos o hacer ejercicio, es más inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las conversaciones inútiles.

4. Saca tiempo para la meditación y el yoga
- Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un contacto consciente con Dios

5. Regresa a la sencillez de la naturaleza
- No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza, camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate frente a una fogata, monta a caballo o esquía en la nieve.

6. Marca distancia entre tú y tus críticos- Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando defectos o son amigos de las confrontaciones y apártate de su energía tan rápido como sea posible.

7. Saca un tiempo para tu salud
- Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz ejercicio

8. Juega, juega, juega
- Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar toda tu vida.

9. Disminuye el ritmo
- Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y sin rumbo alguno.

10. Haz todo lo posible para evitar las deudas
- Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo agregas más capas de ansiedad a tu vida.

11. Olvídate del valor efectivo
- No te niegues a los placeres de la vida por razones monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una rebaja.

12. Acuérdate de tu Espíritu
- Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética o difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás enca­minado a la inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con la sincronización perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres.

-Wayne Dyer —

Publicado por JEAC.

martes, 3 de enero de 2023

Celebrar, meditar, agradecer

 

Nuestras existencias son prodigiosas, engalanadas con incontables manifestaciones de amor que muchas veces nos han sido dispensadas sin que nos demos cuenta de su ocurrencia, de su valor y de su belleza, y tal vez sin haber cosechado méritos para recibirlas. Esas manifestaciones de amor posiblemente tengan muchos matices y cualidades; quizá nos hayan sido otorgadas de una manera velada y sutil, o quizás de un modo elocuente y efusivo. Representamos nuestro personaje en ambientes muy variados y contrastantes, mostrándonos muy opacos o muy luminosos en nuestras relaciones imprevisibles y accidentadas, que en muchas ocasiones atravesamos con sensatez y eficiencia y en muchas ocasiones con torpeza y precariedad. En esos miles de episodios de nuestra historia particular experimentamos eventos y relaciones plenos de gracia y de bondad, que son motivo de celebración para nosotros y para otros por su riqueza vivencial y por sus atributos. En justicia, no podemos relegarlos al olvido porque son nuestros regalos y nuestros tesoros y porque están llenos de vida, de ternura, de calidez, de exuberancia. Junto a otros protagonistas en esos guiones de la existencia hemos expresado nuestros sentimientos, nuestra generosidad, nuestra creatividad. Los hemos visto y nos han visto. Les hemos dado identidad y nos la han dado. Los hemos abrazado y hemos recibido su abrazo, que surgió espontáneamente, sin preámbulos artificiosos. Vamos quedando desperdigados en las acciones y relaciones que asumimos y esto deja huellas, sentimientos y emociones en la memoria de otros. Nos consumimos recorriendo los trayectos trazados en nuestra hoja de ruta. Nos volvemos pesados, lentos, torpes, Solo las acciones amorosas y afables nos rescatan del olvido.

Podemos hacer ceremonias para conmemorar nuestras realizaciones y las de quienes se han ido. Podemos celebrar la vida, rescatando anécdotas y sucesos, relatando venturas y desventuras, haciendo alarde de comprensión por los desaciertos y los errores cometidos. Podemos reconciliarnos y congraciarnos con otros por los defectos y omisiones propios de nuestra imperfecta condición humana. Podemos meditar sobre nuestras experiencias cumplidas con los seres que nos amaron y que nos dieron sus cuidados y atenciones; también podemos meditar sobre la vulnerabilidad y los temores comunes, sobre la ignorancia y la confusión de nuestras mentes, sobre las jornadas en que recorrimos nuestros senderos con ojos ciegos y pasos tambaleantes, sobre nuestra incertidumbre. Podemos agradecer los aprendizajes, el acompañamiento de los otros y sus acciones que nos redimieron, nos ensalzaron, nos reconfortaron - sus manos tendidas acogiéndonos, sus ojos reconociéndonos, sus oídos identificando nuestras voces y el significado de nuestras palabras, su comprensión cuando las palabras fueron insuficientes y vanas. Celebrar, meditar, agradecer, son las actitudes que nos animan como viajeros mientras recorremos nuestras jornadas que carecen de demarcación y de desenlaces previsibles. Cada uno eligió por donde ir y cada uno tiene los acompañantes que le son propicios.

 Hugo Betancur (Colombia)

Publicado por JEAC.