sábado, 31 de mayo de 2025

Aprender de las hormigas

 

Una vez, al despertarme en la naturaleza temprano por la mañana, noté algo sorprendente.
En una botella de cinco litros de agua que había dejado abierta desde la noche anterior, habían caído varias decenas de hormigas. Se agitaban caóticamente en el agua transparente, como si cada una luchara por su vida.
Al principio, me pareció que se estaban ahogando unas a otras, salvándose a costa de la muerte ajena.
Este pensamiento me provocó repulsión, y me di la vuelta, decidiendo no intervenir.
Sin embargo, después de dos horas, la curiosidad pudo más, y volví a mirar en la botella.
Mi asombro no tuvo límites: ¡las hormigas estaban vivas! Además, habían formado una verdadera isla viviente, una pirámide, en la que unas se sostenían sobre otras, manteniéndose a flote como toda una colonia.
Contuve el aliento y comencé a observar. Aquellas que estaban abajo realmente se sumergían en el agua, pero no para siempre. Al cabo de un tiempo, eran reemplazadas por hormigas de la capa superior, que bajaban voluntariamente. Las que estaban cansadas subían arriba, sin prisa, sin empujar a las demás.
Nadie intentaba salvarse primero. Al contrario, cada una se esforzaba por ir donde estaba más difícil. Este sistema coordinado de ayuda mutua me conmovió hasta lo más profundo.
No pude resistir. Encontré una cuchara que pasaba fácilmente por el cuello de la botella y la introduje con cuidado. Al ver la salvación, las hormigas comenzaron a salir una por una, sin generar ni una gota de pánico.
Todo iba bien, hasta que una de ellas, debilitada, resbaló de nuevo al agua, sin alcanzar el borde.
Y entonces ocurrió algo que recordaré toda mi vida.
La última hormiga, ya casi fuera, de repente volvió atrás. Bajó, como diciendo: «¡Aguanta, hermano, no te dejaré!»
Se sumergió en el agua, se aferró firmemente al que se estaba ahogando, pero no podía sacarlo por sí sola. No pude resistir, acerqué la cuchara, y entonces ambos salieron, vivos, juntos.
Este episodio me conmovió más que cualquier película o libro sobre amistad y sacrificio. Sentí una tormenta de emociones: primero, condena, por haber tomado a las hormigas por seres insensibles; luego, asombro por su resistencia; admiración por su disciplina y valiente sacrificio… Y al final, vergüenza.
Vergüenza por los humanos. Por nosotros. Por la indiferencia, por cómo nos perdemos unos a otros en pos de beneficios, por lo raro que es que alguien vuelva para salvar al débil. Construimos muros, en lugar de crear puentes vivos.
Si las hormigas, pequeñas criaturas, son capaces de tal coordinación y abnegación, ¿por qué nosotros, los humanos, tan a menudo somos sordos al sufrimiento ajeno?
Ese día comprendí una cosa: la verdadera fuerza está en la unidad. Y si alguien aún no sabe cómo vivir correctamente, que aprenda de las hormigas.

Autor desconocido

Publicado por JEAC

martes, 6 de mayo de 2025

Señor Futuro

 

Estimado señor Futuro,
De mi mayor consideración:
Le estoy escribiendo esta carta para pedirle un favor. Usted sabrá disculpar la molestia.
No, no tema, no es que quiera conocerlo. Ha de ser usted un señor muy solicitado, habrá tanta gente que querrá tener el gusto; pero yo no. Cuando alguna gitana me atrapa la mano, para leerme el porvenir, salgo corriendo a la disparada antes de que ella pueda cometer semejante crueldad.
Y, sin embargo, usted, misterioso señor, es la promesa que nuestros pasos persiguen queriendo sentido y destino. Y es este mundo, este mundo y no otro mundo, el lugar donde usted nos espera. A mí, y a los muchos que no creemos en los dioses que nos prometen otras vidas en los lejanísimos hoteles del Más Allá.
Y ahí está el problema, señor Futuro. Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma.
De eso se trata, señor Futuro. Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted siga siendo. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa del tiempo.
Háganos esa gauchada, por favor. A nosotros y a los otros: a los otros que vendrán después, si tenemos después.
Le saluda atentamente,
Un terrestre
Eduardo Galeano

Publicado por JEAC.

sábado, 26 de abril de 2025

Te deseo tiempo

 

Poema de Indios Americanos.
No te deseo un regalo cualquiera,
te deseo aquello que la mayoría no tiene,
te deseo tiempo, para reír y divertirte,
si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.
Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar
no sólo para ti mismo sino también para dedicárselo a los demás.
Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas
sino para que siempre estés contento.
Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra,
sino para que te quede:
tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza
y no sólo para que lo veas en el reloj.
Te deseo tiempo para que toques las estrellas
y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tu.
Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar,
no tiene sentido añorar.
Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo,
para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.
También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.
Te deseo de corazón que tengas tiempo,
tiempo para la vida y para tu vida.

Tomado de la web.

Publicado por JEAC.

viernes, 4 de abril de 2025

Hubo un tiempo (2DA. PARTE)

 

Hubo un tiempo en el que no había mensajes, pero había miradas que lo decían todo.
Donde no existían los likes, pero la gente se conocía y se saludaba en las calles...
Hubo un tiempo donde el consejo de un padre era mejor que cualquier búsqueda en Google, y la historia de un abuelo era más cierta que cualquier referencia en Wikipedia.
Hubo un tiempo donde no existía el correo electrónico, pero recibías notas, postales y cartas de amor.
Tiempos donde nadie te insultaba escondido en el anonimato de una red social, y era en la barra de un bar donde se discutía con argumentos, con respeto y compartiendo el vino.
Hubo un tiempo donde la gente no aparentaba lo que no era.
Donde no existía el photoshop ni los filtros.
Y eran los años los que se encargaban de dibujar las arrugas.
Si, añoro aquellos tiempos donde todo era más sencillo, más de verdad.
Donde en vez de vibrarnos el teléfono
Nos vibraba el corazón...️❤️

Desconozco el autor.

Publicado por JEAC.

lunes, 24 de marzo de 2025

Hubo un tiempo

 


Hubo un tiempo en el que el sol marcaba las horas
y la música siempre sonaba a lo lejos,
la gente se sentaba en las aceras
y los niños jugaban en la calle,
En aquel tiempo se respetaban los años
y los mayores eran ejemplo y el camino más seguro,
todos se conocían y se ayudaban,
se daban las gracias y se pedían perdón.
Hubo un tiempo en el que las familias
se juntaban alrededor de una mesa
y los padres hablaban con sus hijos,
era un tiempo en el que el dinero no lo era todo
y el cielo era azul, el aire limpio y el agua más clara.
Hubo un tiempo, en el que todo era sencillo,
las manzanas sabían a manzanas
y los besos a gloria.
Hubo un tiempo, hace tiempo,
en el que el tiempo no existía.

Fernando García.

Publicado por JEAC.

jueves, 13 de febrero de 2025

El dilema del libre albedrío

 

El dilema del libre albedrío es uno de los problemas filosóficos más antiguos y complejos. Se pregunta si los seres humanos realmente tenemos la capacidad de tomar decisiones libres o si, por el contrario, nuestras elecciones están determinadas por factores externos o internos que escapan a nuestro control. Este debate tiene profundas implicaciones para la moralidad, la responsabilidad personal y la naturaleza de la conciencia.
Desde la antigüedad, los filósofos han discutido si el libre albedrío es real o una mera ilusión. Aristóteles sostenía que los humanos pueden actuar de manera voluntaria y deliberada, lo que implica cierta autonomía en la toma de decisiones. Por otro lado, los estoicos creían en una concepción del destino en la que todo está predeterminado, y la verdadera libertad consiste en aceptar el curso de los acontecimientos sin resistencia.
En la era moderna, este dilema ha sido abordado desde diferentes perspectivas. El determinismo sostiene que cada acción humana es el resultado inevitable de causas previas, ya sean leyes físicas, biológicas o psicológicas. Desde esta visión, si conociéramos todas las condiciones iniciales del universo, podríamos predecir todas las acciones futuras con exactitud. Filósofos como Baruch Spinoza y científicos como Pierre-Simon Laplace defendieron esta idea, argumentando que la sensación de libertad es solo una ilusión creada por nuestra falta de conocimiento sobre las causas que influyen en nuestras decisiones.
Por otro lado, los defensores del libertarismo filosófico argumentan que los humanos tienen una capacidad genuina para elegir entre diferentes opciones. Jean-Paul Sartre, por ejemplo, defendió la idea de que el ser humano está "condenado a ser libre", ya que no hay un destino preestablecido que determine nuestras acciones. Para Sartre, cada individuo es responsable absoluto de sus elecciones y no puede excusarse en factores externos.
En un intento de conciliar ambas posturas, surge el compatibilismo, defendido por filósofos como David Hume y Daniel Dennett. Según esta visión, el libre albedrío y el determinismo no son necesariamente opuestos. Es posible que nuestras acciones estén determinadas por causas previas, pero si esas causas incluyen nuestros propios deseos, valores y razonamientos internos, entonces podemos considerarlas como libres. En este sentido, una acción es libre cuando es el resultado de nuestros propios procesos mentales y no de una imposición externa.
El dilema del libre albedrío sigue siendo un tema de intenso debate, especialmente con los avances en neurociencia. Estudios han demostrado que muchas decisiones pueden estar condicionadas por procesos cerebrales inconscientes antes de que seamos conscientes de ellas, lo que ha llevado a algunos científicos a cuestionar la existencia del libre albedrío. Sin embargo, otros sostienen que la conciencia y la reflexión pueden influir en nuestras decisiones, permitiéndonos ejercer cierto grado de control.
Este debate no es solo filosófico o científico; también tiene repercusiones en la ética y el derecho. Si nuestras acciones están determinadas, ¿somos realmente responsables de nuestros actos? ¿Podemos culpar a alguien por sus decisiones si en realidad nunca pudo haber elegido otra opción? Estas preguntas siguen abiertas y desafían nuestra comprensión sobre la naturaleza humana y la libertad.

Tomado de la web.

Publicado por JEAC.

lunes, 20 de enero de 2025

Fragmento de Trópico de Cáncer

 

Comparto un fragmento del libro de Henry Miller que lo leí hace poco y me pareció muy bueno.

“Soy un hombre que desearía vivir una vida heroica, hacer el mundo más soportable a su vista. Si, en algún momento de debilidad, de relajación, de necesidad, me desahogo dejando escapar un poco de cólera ardiente, cristalizada en palabras – un sueño apasionado, envuelto y atado con imágenes-, bueno…lo toman o lo dejan… ¡pero no me molesten!
Soy un hombre libre… y necesito mi libertad. Necesito estar solo. Necesito meditar sobre mi vergüenza y mi desesperación en soledad; necesito el sol y los adoquines de las calles sin compañía, sin conversación, cara a cara conmigo mismo, con la compañía exclusiva de la música de mi corazón. ¿Qué quieren de mí? Cuando tengo algo que decir, lo publico. Cuando tengo algo que dar, lo doy. ¡Vuestra inquisitiva curiosidad me revuelve el estómago! ¡Vuestros cumplidos me humillan! ¡Vuestro té me envenena! No debo nada a nadie. Solo sería responsable ante Dios… ¡si existiera!”
*    *    * 
"Si soy inhumano es porque mi mundo ha sobrepasado sus límites humanos, porque ser humano parece algo pobre, lastimoso, miserable, limitado por los sentidos, restringido por preceptos morales y códigos, definido por trivialidades e ismos.
Estoy echándome el jugo de la uva por la garganta  y descubro la sabiduría en él, pero mi sabiduría no procede de la uva, mi embriaguez no debe nada al vino…"
"Trópico de Cáncer"
-Henry Miller-

Publicado por JEAC.