Aquí tenemos el relato de boca del propio Atahualpa Yupanqui de como se inspiró para escribir esta conmovedora e inmortal canción:
“Tendría yo unos ocho o nueve años- relataba Yupanqui- cuando mi padre me llevó a Tucumán. La familia se instaló en Tafí viejo, donde en su primera mocedad mi padre había aprendido a manipular el telégrafo Morse. Antes había sido ferroviario y, antes todavía, peón nómade”.
“A la hora de la siesta simulábamos dormir y apenas los mayores bajaban la guardia saltábamos de la ventana de nuestra casa Taficeña y nos íbamos a robar naranjas en las quintas de los vecinos, las robábamos amargas o dulces, verdes o pintonas”.
“Las aventuras nos llevaban hasta un kilómetro alrededor de la casa. Llegábamos a un paraje donde vivía el viejo Anselmo, al que llamábamos el indio. Aquel sendero que daba vuelta entre los naranjales y que era nuestro cómplice de travesura era, por cierto, el “camino del indio”.
“Pasaron muchos años. Cierto día me escribieron de Tucumán: ¿Te acordás de don Anselmo? Lo encontraron muerto, ya muy viejito. Qué te vas a acordar. Ustedes eran muy changos. Pero yo tenía frescos los recuerdos de aquel tiempo. Movido por la nostalgia idealicé las caminatas hacia lo de don Anselmo y escribí mi primera canción. Tenía entonces 18 años. Fue el cielo azul profundo el que hizo nacer aquellos versos”.
“Con don Anselmo volvían esos fines de invierno, con un solcito tibio y los cerros azules, enormes, como si pudiéramos tocarlos con las manos.”
Letra de Camino del indio (Atahualpa Yupanqui-1927)
Caminito del indio,
sendero coya sembra’o de piedras.
Caminito del indio,
que junta el valle con las estrellas.
Caminito que anduvo
de sur a norte mi raza vieja
antes que en la montaña
la pachamama se ensombreciera.
Cantando en el cerro,
llorando en el río,
se agranda en la noche
la pena del indio.
El sol y la luna
y este canto mío
besaron tus piedras,
camino del indio.
En la noche serrana
llora la quena su honda nostalgia
y el caminito sabe
cuál es la chola que el indio llama.
Se levanta en el cerro
la voz doliente de una baguala
y el camino lamenta
ser el culpable de la distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario