Transcribo a continuación un extracto de un artículo de David
Mendoza sociólogo que nos explica algunas cosas que vale la pena conocer sobre
esta fiesta .
La fiesta de Todos los Santos compone todo un ciclo ritual
asociado principalmente con la fertilidad y la reproducción. Con la fiesta de
Todos los Santos se da inicio al ciclo ritual agrícola asociado con la época de
lluvias.
La preparación de las mesas o tumbas, es todo un
acontecimiento. Al mediodía del 1 de noviembre, esta tumba debe estar preparada
para la llegada del espíritu del difunto. Los principales elementos utilizados
para armar estas mesas son panes, comidas, fruta, bebidas y otros. Para los
aymaras, las estrellas son macho y hembra, “las personas nacen con una estrella,
cuando ésta cae, la persona también cae y su alma sube junto al sol.
PACHAQAMASI.- Cuando nos referimos a nuestras deidades,
decimos: Pacha-p’usaqa, Pachaqamasi, Pachamama, Pachakuti, Uywir, Achachila,
porque ellos son los que nos dan la vida, son como nuestra madre. Alaxpacha (el
cielo) no es algo separado, todo es uno solo, como nuestro cuerpo que cuenta con
manos, pies y cabeza. Todos se ayudan mutuamente para ser algo. Todo lo que
tenemos es para todos.
AKAPACHA.- En el nivel intermedio e inferior de las tumbas,
se colocan los demás elementos. Estos dos niveles simbolizan el Akapacha (este
mundo), es todo lo que nos rodea, todo lo que podemos palpar y tocar como el
sembradío, el cuidado de los animales, la vida en pareja, la vida en la tierra.
“Es como una madre que nos cría y nos cuida, está representada en el alimento,
el agua, es la Pachamama.
MANQHAPACHA.- Sobre el Manqhapacha (el mundo de abajo que
no es malo), se dice que “a diferencia de los cristianos, los aymaras opinan que
sólo hay que proceder con respeto y permiso”. “Todo debe hacerse con educación y
justicia. Ahora bien, existen hombres con dones sobrenaturales señalados
físicamente, a los cuales no se les puede hacer sufrir, porque son elegidos y
muy queridos de nuestro padre. Si los hacemos sufrir nos puede pasar cualquier
desgracia. Hacer sufrir, el robo, la mentira, la flojera, lo injusto, es
manqhapacha, que no es lo mismo que el mal al que se refiere los
cristianos”.
La tumba debe permanecer extendida hasta el mediodía
siguiente, hora en que la familia del difunto solicitará a una persona ajena que
recoja la mesa, quedándose con la mitad de todo cuanto ella contenía. El resto
será llevado hasta el cementerio, donde se repartirá entre quienes rezan por sus
difuntos. “No debe sobrar nada, en lo absoluto, pues de hacerlo, según la
cultura andina, las penas se quedan en la familia”.
JEAC.
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