¿Qué lección podemos aprender de estos dos ejemplos? El niño y el anciano son símbolos de las dos actitudes que puede adoptar el hombre en el comportamiento de su vida.
¡Cuántas personas, que decidieron trabajar sobre ellos mismos
para mejorar se detienen ante el primer fracaso, a la primera caída, diciendo:
«Se acabó, no lo intentaré una segunda vez.»
Pues bien, en su carácter, en su alma, sus pensamientos y sus
sentimientos, esta clase de personas son viejas; no entrarán en el Reino de
Dios, porque el Reino de Dios es para los niños. Jesús lo dijo: «Si no os
volvéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.»
Vale la pena hacer miles de intentos, si es necesario, y por
muy duras que sean las caídas, volver a levantarse para continuar
avanzando."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
JEAC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario