lunes, 28 de septiembre de 2015

Obstáculos

Voy andando por un sendero.

Dejo que mis pies me lleven.

Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae.

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.

Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa.
 
Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo.

Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo

Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto.

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...

Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso.

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad. 
 
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño. 
 
Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo? 
  
El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí?

Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

Jorge Bucay.

Publicado por JEAC.

lunes, 21 de septiembre de 2015

El sendero de la amistad


La amistad es un sendero del que puedes disfrutar paseos largos y bellos llenos de felicidad. Es un camino tan lindo y adornado sin igual con las flores más bonitas que puedes imaginar.

La amistad es un sendero al que debes implantar el cariño, la alegría sinceridad y bondad.

Y por cosas de la vida aunque sea bueno y demás, tiene sus piedras pequeñas que te hacen tropezar.

La amistad es un sendero por el que hay que caminar con el corazón abierto y sabiendo perdonar.

Siembra tu mejor semilla y así podrás cultivar de las flores, las más bellas y crecerán muchas más.

La amistad es un sendero que al andarle sin cesar con los años se convierte en una eterna... hermandad.

Anónimo.


Publicado por JEAC.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Día de los desaparecidos


Desaparecidos: los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre.
Y también:
los bosques nativos,
las estrellas en la noche de las ciudades, el aroma de las flores, el sabor de las frutas, las cartas escritas a mano,
los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo,
el fútbol de la calle, el derecho a caminar, el derecho a respirar, los empleos seguros, las jubilaciones seguras, las casas sin rejas, las puertas sin cerradura, el sentido comunitario y el sentido común.

Tomado del libro “Los hijos de los días” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.

martes, 15 de septiembre de 2015

La tristeza


No hay bosque más semejante a un desierto que aquel en donde no cantan los pájaros.
El tiempo es demasiado escaso como para desperdiciarlo en lamentos y en preocupaciones.
Hay océanos de lágrimas donde apenas navegan las tristezas.

Llorad conmigo y la mitad de vuestra carga aliviaré.

No hay que lamentar aquello que se ha perdido, sino congratularse de que ha existido y de que tuvimos la oportunidad de vivirlo. No te aflijas por lo que dejó de ser. Regocíjate por lo que una vez fue y te hizo feliz.

No te ancles en la melancolía, en la tristeza, en la nostalgia... Añoras grandes episodios del pasado que nunca se repetirán. Pero lo mejor de la vida está por llegar, esperando a que rompas esas ataduras.

Vacía tu mochila de cosas inútiles, de recuerdos tristes, de pesares, de rencores e infortunios. No cargues con ese lastre ni te detengas. El camino de la vida sigue, y tú, como caminante, has de seguir andando. El camino no se ha acabado aunque no lo veas. Crea el sendero hacia tu futuro.

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Bajar el ritmo subir la calidad

Es difícil llegar a todo sin renunciar a nada, de ahí la necesidad de priorizar.

Muchos de nosotros vamos con el acelerador pisado a fondo. Queriendo saborear lo que engullimos sin masticar. Prefiriendo olores a sabores. Deglutiendo tiempo sin horas y pisando fuerte sobre palillos.

Para frenar este paso imposible de seguir, aparece el Mindfulness. Se trata de la atención profunda en el instante. El aquí y el ahora en estado puro. El convencimiento de que es necesaria una herramienta que nos ayude a mantenernos en equilibrio tras la tormenta que no cesa sobre nosotros.

Hay que hacer balance. Lo primero establecer cuál es la escala de valores que rige en nosotros. Qué es aquello que más nos importa porque ello va a determinar cómo actuar.

El análisis de nuestras motivaciones, de lo que nos hace felices y lo que no, de lo que es importante y lo que es accesorio nos llevará a diseñar un provechoso plan de acción. Porque en realidad, sin acción no se modifica nada.

El plan de acción debe ser coherente y, para mí, la coherencia está en ser un poco egoístas, en poner nuestros intereses y prioridades por encima de los de los demás, sin dejar que los de ellos se antepongan a los nuestros.

Si nos cuesta tomar decisiones, decir no y dar un paso adelante entonces somos los candidatos perfectos para un plan de Mindfulness.

Centrarnos en el presente. Dar prioridad a nuestro propio bienestar. Ser consciente de que donde está nuestro cuerpo está nuestra vida. Eliminar el sonido reiterativo de nuestros propios deseos por cumplir.

Las expectativas nos destruyen. Esperar de otros otras actitudes, otras dádivas, otros afectos, nunca nos va a salir bien.

Esperar, solamente hay que esperar de uno mismo. Nada más. Y aún así corremos el riesgo de equivocarnos.

Porque la única realidad es que no sabemos absolutamente nada de lo que nos queda por hacer o de cómo nos comportaremos cualquier día que no sea lo que hemos hecho hasta hoy.

La vida cambia. La realidad también. El instante mismo es mutable.

No hay mejor mensaje que el que nos da la propia existencia.

Si comes, come. Si duermes, sueña. Si caminas, avanza. Si te detienes, disfruta.

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Kafka y la muñeca

Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita.

Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.

Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar. Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras...“-

Este fue el comienzo de muchas cartas.

Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada.

Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original.

Una carta adjunta explicó: -"mis viajes me han cambiado…“-
Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca.

En resumen, decía: -" Cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

domingo, 6 de septiembre de 2015

La disciplina


De todos los ingredientes necesarios para el éxito –como el talento, la perseverancia, el esfuerzo y la imaginación– quizás el más importante es la disciplina. Esta no es otra cosa que la cualidad de cumplir con una tarea, sin importar si tienes o no deseos de llevarla a cabo. Sin disciplina, ahorrar, bajar de peso, dejar de fumar, hacer ejercicios –en fin, cualquier meta, por sencilla que sea– se vuelve difícil, sino imposible.

Para desarrollar esta importante cualidad en tu vida, sigue estos pasos:

1. Primero, reconoce en qué áreas de tu vida te falta disciplina, como la dieta, la economía, etc. Repasa cuáles son las consecuencias de tu indisciplina: el sobrepeso, los problemas de salud, los apuros económicos, los conflictos familiares, etc. Piensa en cómo estos afectan tu vida, robándote felicidad y paz. Ahora visualiza –con lujo de detalles– cómo sería tu vida sin esos problemas. Comprobarás que la disciplina, lejos de incomodarte, te libera para vivir tu vida sin preocupaciones y sin la espada de Damocles de todo lo que tienes por hacer, colgando sobre tu cabeza. Cuando actúes de una manera disciplinada descubrirás que tienes más tiempo, energía y paz mental para disfrutar de la vida.
2. Anota qué pasos debes dar para comportarte de una manera disciplinada en esa área. Por ejemplo: “Debo crear un presupuesto de mis gastos mensuales y separar un día de la semana para hacer los pagos y conciliar la cuenta de cheques”.
3. Crea tu “Plan de acción”. Este consiste de un paso-a-paso de cómo actuarás de ahora en adelante en esa área de tu vida. Es importante que no te extralimites al comienzo; sé realista. Si hasta ahora no logras ejercitarte más de una vez al mes, no propongas hacer una hora de ejercicios aeróbicos todos los días. Tus metas deben ser accesibles y alcanzables, para ir construyendo sobre ellas. La disciplina es como un músculo que debes ejercitar día a día para que vaya fortaleciéndose.
4. Aprende a controlar la adicción a la gratificación instantánea, que es la gran enemiga de la disciplina. “Es muy temprano; haré los ejercicios más tarde”; “Un dulce no va a arruinar mi dieta”; “Esta oferta es demasiado buena para dejarla pasar; el mes que viene empiezo a ahorrar”. Todas estas excusas corroen tu resolución y te alejan de tus metas. Mira esa tarea como una labor no negociable; algo que tienes que hacer, te guste o no, como lo es cepillarte los dientes o peinarte antes de salir de casa. Cuando le das muchas vueltas en la cabeza, te agotas antes de comenzar. Como el famoso dicho de la marca Nike, no lo pienses: ¡simplemente hazlo!
5. Sigue el plan durante 21 días consecutivos, que es la cantidad de tiempo que toma fijar un hábito, de acuerdo con los expertos. Si fallas antes de las tres semanas, vuelve a comenzar desde el comienzo hasta llegar al día 21.
6.    Elimina la voz negativa y escucha la positiva. Si antes nunca conseguiste mantenerte en la dieta o dentro de tu presupuesto, quizás hay dentro de ti una voz negativa que a cada rato te lo recuerda, o que te hace creer que el fracaso es inevitable. Reconoce esa voz y recuerda que es solo un pensamiento en tu cabeza que te desmotiva y trata de llevarte a la zona de confort, que no es otra cosa que la rutina de siempre. Pero ya conoces los beneficios de ser disciplinado. Calla esa voz y suplántala con la voz positiva, la que te recuerda que si te mantienes firme en tus propósitos, alcanzarás tus metas.
7. Lleva una agenda donde anotas tu progreso y, sobre todo, tus recaídas. Es importante que veas cualquier desviación de tus planes como un bache, no como una derrota. Si pecas con un dulce, esto no quiere decir que tu dieta está arruinada para siempre; acepta el fallo y vuelve al plan inmediatamente. Como dicen los japoneses: “Si te caes siete veces, levántate ocho”. A fin de cuentas, la disciplina no es otra cosa que la consistencia.

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Mario Benedetti - Esta mañana desperté emocionado


“Esta mañana desperté emocionado
con todas las cosas que tengo que hacer
antes que el reloj sonara.
Tengo responsabilidades que cumplir hoy.

Soy importante.

Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso
o puedo dar gracias porque las plantas están siendo regadas.
Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero
o puedo estar contento que mis finanzas me empujan
a planear mis compras con inteligencia.
Hoy puedo quejarme de mi salud
o puedo regocijarme de que estoy vivo.
Hoy puedo lamentarme de todo
lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo
o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas
o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos
o puedo emocionarme
y embarcarme en la aventura
de descubrir nuevas relaciones.

Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar
o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela
o puedo abrir mi mente enérgicamente
y llenarla con nuevos y ricos conocimientos.

Hoy puedo murmurar amargamente
porque tengo que hacer las labores del hogar
o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente y cuerpo.
Hoy el día se presenta ante mí esperando
a que yo le de forma y aquí estoy, soy el escultor.

Lo que suceda hoy depende de mí,
yo debo escoger qué tipo de día voy a tener.

Que tengas un gran día…
a menos que tengas otros planes.”

Mario Benedetti


Publicado por JEAC.