Mi mamá me decía con frecuencia que yo iba salir adelante no
por inteligente, sino por bruto. Esta afirmación que entonces me ofendía, con
el tiempo me ha llegado a parecer sabia y útil. Ahora me doy cuenta de lo
importante que es saber hacerse el bruto.
Por ejemplo:
- Si un pariente cercano me dice un indirectazo para ofenderme,
me hago el bruto que no entiende y así no le doy el gusto de amargarme la
vida.
- Si quiero aprender algo que me cuesta trabajo, me hago el
bruto, no sucumbo a la impaciencia de los demás y sigo intentando hasta
lograrlo.
- Si mi compañero de trabajo o mi superior permanecen irritados
la mayor parte del tiempo, no pienso que es conmigo o por mí, sino que me hago
el bruto y me digo: "Debe ser que le duele una muela" y de esa manera me hago
inmune al contagio de ese dolor.
- Cuando dicen "no" a mi objetivo, me hago el bruto y entiendo
"todavía no" y así me permito seguir buscando formas de conseguirlo.
- Si algo que intento cien veces no me resulta como quiero, no
me tildo de bruto por no haberlo logrado, sino que pienso en lo bruto que
sería si desistiera después de tanto esfuerzo.
- Cuando estoy hablando por teléfono con alguien de quien
necesito un servicio o información y la persona sube el tono de voz más de lo
necesario y vocaliza cada palabra exageradamente, tal como si dijera: "No sea
bruto, ¿acaso no entiende lo que le estoy diciendo?" Decido entonces respirar
profundamente, contestarle pausadamente y con calidez, dándole las gracias por
su paciencia con mi falta de entendimiento...
Esto funciona como magia la mayoría de las veces para cambiar
las mareas a mi favor.
Les confieso que me gustaría poner en práctica estos consejos
más frecuentemente, porque en realidad no hay nada que me parezca más tonto que
tratar de parecer correcto e inteligente todo el tiempo y con todos.
Autor desconocido.
Publicado por JEAC.
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