Un grupo de rabinos exaltaba al rabino Josué y
todos reconocían que no tenía igual. Él contestó: ‘Sí que hay igual a mí y aun
mejor que yo.
Una vez, yendo de viaje por un camino me percaté
de un sendero que cruzaba un campo. Estaba cansado, y sabía que iba a ahorrar
algo de tiempo y energía si tomaba aquel atajo aunque era propiedad privada.
Pero cuando me puse a cruzar el campo, una niña me llamó la atención. “Perdone,
señor, pero se ha metido usted en propiedad privada.” Le contesté: “Es verdad,
pero no estoy pisando lo sembrado. Mira, hija, estoy pasando por el sendero que
cruza el campo. ¿No ves la diferencia?” Ella insistió: “Sí, hay un sendero que
es por donde usted va; pero ese sendero lo han hecho las personas que, como
usted, cruzan ilegalmente por aquí.” Esa niña era mejor que yo.’
Todos reconocieron la sabiduría de la niña.
Justificamos nuestra conducta porque todos lo hacen. Y el mal nunca está bien
aunque todos lo hagan.”
Publicado por JEAC.
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