Un día lejano…en medio del bosque en calma se oye a un árbol susurrar: ¿En realidad somos abundantes? Y, al unísono todos los árboles cercanos empezaron a sopesar esa interrogante: “En verdad somos abundantes…realmente lo somos…a quién preguntar si lo somos?”.
Para averiguarlo formaron un Consejo de Árboles y escogieron a los más sabios en todas las latitudes del mundo para investigar esa posibilidad.
Un Abeto se le acercó a una ardilla y le preguntó: querida ardilla. ¿A los árboles. Cómo nos percibís? Y la ardilla le exclamó. “Don Abeto me encantan los piñones que me has dado durante el año, y generalmente bajo al suelo para recogerlos y regreso a mi casa a invernar en vuestro tronco. Qué más puedo pedir!.
Un Pino buscó al oso negro para ese comedido y el oso al
conocer su pregunta le contestó: No tienes una idea de lo feliz que soy dándote
" el abrazo de oso". Primero froto mis mejillas y mi espalda contra vos. La
secuencia la repito año tras año para avisar a otros osos que yo estoy aquí y
que tú eres mi árbol. ¿Cómo pensar en que no seas abundante? Eres mi
rascador!
El Eucalipto más viejo de Australia buscó al Koala ¿Amigo,
somos abundantes? A lo que éste le responde: sin ustedes yo no sobrevivo. Como
la hojas de vuestras ramas y bebo el agua de sus troncos para no bajar de éstos
y morir en el intento. Son mi vida!
El Almendro buscó a la Lapa Roja casi extinta y le hizo la
misma pregunta. Ella le contestó: sin los bosques de almendro no obtenemos una
dieta rica en proteína y, por ello enfermamos y morimos. Imagínate que 10 lapas
mías pueden forrar el suelo, mientras comemos trescientos de estos frutos en una
sola hora! -Cómo no los vamos a valorar!
Y así fue que como el Consejo de Árboles obtuvo de todas partes
del mundo lo que realmente eran y representaban para otros. Sintieron de primera
mano que eran prósperos, no por lo que ellos producían solamente, sino por la
cantidad de beneficios que tenían por solo ser lo que son.
En la mente de muchos hablar de abundancia significa hablar de
dinero, más es todo lo contrario. Si limitamos el sentido de la abundancia a
tener riqueza material estaríamos dejando de lado la esencia misma de éste
hermoso tema arbóreo, que no pasa por el "Tener" y el “Obtener” frutos sino por
el "Ser" y “Hacer” el Bien.
¿Puedes buscar a todos tus amigos y familia y hacerles la misma pregunta? ¿SOY en realidad abundante para ti? -Qué HAGO para ti que lo consideres bueno? Escribe sus respuestas y verás con tus propios ojos la abundancia en tu vida.
Autor desconocido.
Publicado por JEAC.
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