Cuantas veces....
queremos acercarnos a los demás
con actitudes fraternales,
y aunque aparentemente somos aceptados;
ignoramos que nuestros receptores,
no se sienten con la confianza de
estrechar ese lazo...
Por esa forma a veces de arrogancia,
que creen visualizar,
por esas palabras reflexivas
que reclaman nuestra presencia
y que son tomadas con imposiciones...
Porque la sensibilidad que nos entregan,
es tan frágil, que si no la cuidamos
involuntariamente la hacemos añicos,
dispersando escépticamente,
lo que pudo ser un diálogo interesante
Cuantas veces, herimos inconcientemente,
por no tener disponibilidad de paciencia,
para analizar el entorno...
sin percibir que está latente
esa indiferencia gélida que nos duele.
Cuantas veces dialogamos con el silencio,
por el desconsuelo de la soledad,
pero somos tan exigentes,
que solo pensamos en nuestros pesares...
sin comprender el dolor de los demás,
a quienes castigamos con esas actitudes
de incomprensión...
Porque no entendemos ese lamento
por la lejanía, y no hemos valorado
ese amor que nos brindan...
cuantas veces seguiremos así,
sumergidos en ninguna parte,
apesadumbrados por la soledad,
y el vacío asfixiante que
nos lastima tanto...
Autor Desconocido
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