La cuarta fecha del campeonato, se jugó entre el 20 y 21 de
Marzo. Esta vez a Cochabamba le tocó tener fecha doble el día Miércoles 20 y a
primera hora se enfrentaron los representativos de Paraguay y Colombia. Fue
victoria del equipo de Paraguay por tres tantos contra dos y los Guaraníes ya se
perfilaban como uno de los serios candidatos al título. A segunda hora,
Argentina derrotaba a Ecuador por cuatro a dos y volvía a ponerse como
candidato, dando además una demostración de buen futbol.
El día Jueves 21 en La Paz, nuestra selección se jugaba una de
sus cartas más bravas al enfrentarse a la selección Peruana que venía de ganar
sus anteriores compromisos. Esta vez era un juego a todo o nada. Si nuestra
selección perdía se perdían también las esperanzas de alcanzar el título ya que
Perú se escaparía en la punta del campeonato. A pesar de ser un día laboral, el
viejo estadium Hernando Siles se abarrotó de tope a tope, y la barra dejaba
escuchar el “yell” preparado para el campeonato sudamericano y que perdura hasta
ahora: Bo, bo, bo…gritaba la tribuna norte, li, li, li…respondía la tribuna de
general, via, via,via era el grito de la tribuna sur y todo el estadium coreaba
“viva Bolivia…con su Litoral” y a continuación un sonoro aplauso cerraba el
estribillo.
El partido fue nerviosamente disputado, el primer tiempo
terminó con una ajustada victoria boliviana con goles de Camacho y Alcocer,
poniendo el transitorio empate el peruano Gallardo. El segundo tiempo los
nervios afloraron en los jugadores bolivianos y Perú aprovecho para empatar con
gol de León a los 17 minutos y cuando parecía que se venía la noche para el
conjunto boliviano, Ausberto Garcia definió el partido a los 31 minutos tal como
lo muestra la foto adjunta. De ahí en más el equipo boliviano se refugió en su
defensa defendiendo como leones este triunfo que era decisivo para nuestras
aspiraciones.
En el conventillo en que vivía, los vecinos nos habíamos
juntado todos en el patio y pegados a la radio escuchamos todo el partido sin
casi movernos; en los últimos minutos todo era tensión, las señoras amarraban
sus pañuelos lo más fuerte que podían para “amarrar las piernas de los Peruanos”
y los hombres apretaban los puños esperando el final. Un suspiro de alivio y un
grito de “viva Bolivia” se escucho cuando el arbitro decretó el final del
partido. Hubo abrazos entre los mayores y los chicos nos pusimos a correr como
desaforados por el patio. Un paso más hacia el campeonato se había dado aquella
tarde, que fue especial por la tradicional rivalidad que mantenemos con los
hermanos Peruanos.
JEAC.
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