Otra de las cosas que más recuerdo de aquél mi primer año en el
colegio es cuando nos dieron la lista de útiles. Por aquél entonces cuando yo
cursaba el kinder, mi hermana Sylvia estaba cursando el cuarto de primaria en
el Colegio Santa Ana. Recuerdo que mi hermana y mi mamá salieron a comprar una
tarde las listas de útiles de ambos y regresaron con sendos paquetes. Yo estaba
alborotado por ver lo que me habían comprado y rápidamente desempaqué mi paquete
para ver lo que habían comprado. No era mucho lo que había pero como era la
primera vez yo no me cambiaba por nadie, en el paquete había entre otras cosas
una caja de colores, una caja de crayones, un cuaderno de dibujo, algunos
lápices, un ovillo de lana, una aguja grande, cartulina, papel lustroso y
algunas cosas más.
El paquete de mi hermana era mucho más grande y me entró
curiosidad por ver que le habían comprado a ella. Aprovechando un descuido de
ella me acerqué a ver su paquete y pude ver cuadernos de varios tipos, lápices,
una preciosa plumafuente, tinta roja y azul, cajas de colores y otras cosas.
Pero lo que más me llamó la atención fue un precioso libro que estaba casi al
final del paquete, era su libro de lectura para ese año. Lo tomé con mucha
delicadeza y comencé a abrir sus hojas, entre preciosos dibujos habían una
cantidad de letras que seguramente explicaban lo que trataba de decir la
ilustración. un perfume a nuevo emanaba de aquellas hojas y quedé como extasiado
acariciando aquél libro. Un coscorrón en la cabeza me volvió a la realidad, era
mi hermana que había regresado y reclamaba por estar hurgando entre sus cosas.
Me alejé rápidamente pero siempre pensando en aquél libro, aquél día me prometí
que tenía que aprender a leer cuanto antes y saber que decían aquellas letras
que estaban con esas hermosas ilustraciones…algo me decía que aquél día
comenzaba un idilio entre los libros y yo….y así fue …
JEAC.
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