En principio, que lo de cumplir años es un auténtico
privilegio. La vida supone para mí, entre otras metas, vivir, cuanto más tiempo,
mejor, siempre y cuando una relativa calidad de vida te acompañe. Entonces, sí
puedes decir que casi tocas lo perfecto... Pero, por otra parte, queremos vivir,
pero sin cumplirlos, por lo que conllevan. Nos gustaría estacionarnos, pero esto
no nos está permitido. De ahí que se imponga el ciclo contundente de la vida
como es nacer, desarrollar y morir, sin perjuicio de que intentemos retrasar la
aparición de los naturales deterioros físicos a costa de lo que fuere.
Alcanzar una vida longeva, con cierta calidad, sin perjuicio de
sus buenos y malos momentos, es lo ideal. Por tanto, arribar al puerto de una
vida añosa, en relativa forma, es una de las muchas suertes que la vida puede
depararte y, no te digo nada, si, para colmo, tienes la dicha de verte rodeado y
querido por los tuyos.
Si tu vida ha servido para mejorar en algo este mundo, no
tienes por qué preocuparte. Una buena conciencia tiene que dar tranquilidad ante
esta aproximación. Lo malo tiene que ser presentarse a última hora con un bagaje
completamente negativo, circunstancia que raramente se da, pues, más o menos,
todos hemos hecho algo meritorio... y Dios lo tendrá en cuenta.
Por lo tanto, alégrate de arrancar hojas al calendario, y
cuantas más... ¡mejor!
Félix Ortiz
JEAC.
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