No cambia la vida porque salga un año nuevo a nuestro
encuentro.
Es, año nuevo, cuando en él hemos conseguido llevar una vida nueva.
Es, año nuevo, cuando en él hemos conseguido llevar una vida nueva.
No son los buenos deseos los que dan felicidad al año que
comienza.
Es el comenzar en la dirección adecuada lo que aporta ilusión y fe a los 365 días.
Es el comenzar en la dirección adecuada lo que aporta ilusión y fe a los 365 días.
No es el reloj ni sus doce campanadas finales, quién marca un
antes y un después.
Es la conciencia y el corazón de cada uno quien decide el final de lo viejo y el inicio de lo nuevo.
Es la conciencia y el corazón de cada uno quien decide el final de lo viejo y el inicio de lo nuevo.
No son los abrazos ni los parabienes los que marcan el brillo
de una nueva humanidad.
Es la justicia lo que lo hará de verdad posible.
Es la justicia lo que lo hará de verdad posible.
No es el consumo despiadado de dulces ni de licores, lo que
delata el nivel de la felicidad.
Es la paz interna la que, sin necesidad de tanto, nos hace ser y estar siempre dulces con los demás.
Es la paz interna la que, sin necesidad de tanto, nos hace ser y estar siempre dulces con los demás.
No es el paso del tiempo quien dicta lo que se vive o no se
vive.
Es la riqueza y la profundidad que damos al tiempo lo que, de verdad, da peso específico a nuestra vida.
Es la riqueza y la profundidad que damos al tiempo lo que, de verdad, da peso específico a nuestra vida.
No es la suma de años lo que denota si uno vive poco o mucho
tiempo.
Es el tiempo que ofrecemos a los demás lo que confirma si el corazón sigue latiendo.
Es el tiempo que ofrecemos a los demás lo que confirma si el corazón sigue latiendo.
Tomado de la web.
Publicado por JEAC.
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