Al despertar, bendice el día porque ya
está lleno del bien invisible que atraerá tus bendiciones, porque bendecir es
reconocer el bien ilimitado que es la esencia misma del Universo y espera a
todos y a cada uno de nosotros.
Bendice a la gente que ves en la calle, en los lugares de trabajo y de juego. La paz de tu bendición los acompañará en su camino y el aura de su suave fragancia los iluminará.
Cuando hables con la gente, bendice su salud, su trabajo, su dicha, su relación con Dios y con los demás.
Bendícelos en su abundancia, en sus finanzas, bendícelos de todas las formas concebibles, porque tales bendiciones no solamente siembran semillas de sanación, sino que un día brotarán como flores de alegría en los espacios vacíos de tu propia vida.
Bendice a la gente que ves en la calle, en los lugares de trabajo y de juego. La paz de tu bendición los acompañará en su camino y el aura de su suave fragancia los iluminará.
Cuando hables con la gente, bendice su salud, su trabajo, su dicha, su relación con Dios y con los demás.
Bendícelos en su abundancia, en sus finanzas, bendícelos de todas las formas concebibles, porque tales bendiciones no solamente siembran semillas de sanación, sino que un día brotarán como flores de alegría en los espacios vacíos de tu propia vida.
Tomado de la web.
Publicado por JEAC,
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