Los seres humanos tenemos diferentes maneras de ser, hacer.
sentir y tener, que impactan en nuestros comportamientos que son observados por
nosotros mismos y por los demás. Muchas veces cuando observamos a alguien su
comportamiento sin haber indagado su historia, el contexto y la situación
específica comenzamos a emitir juicios casi de una manera automática y sin
fundamentos. Nietzsche advirtió que uno de los rasgos distintivos del ser humano
es ser un animal que enjuicia y advirtió que sin evaluaciones y sin capacidad de
emitir juicios, el núcleo de la existencia queda vacío.
Nuestra capacidad de
aprender y comprender la dinámica humana nos permite reinterpretar y desafiar
aquellos juicios que tenemos acerca de nosotros mismos y estar abiertos a
revisar aquellos que tenemos con respecto a los demás.
El pasado suele ser
diferente al presente si hacemos las correcciones debidas y accionamos de manera
diferente, también suele suceder que el pasado sea diferente al futuro, por ello
debemos ser lo suficientemente reflexivos y flexibles como para tratar los
propios juicios como “señales temporales para someternos a revisiones
constantes”, debemos evitar convertirnos en prisioneros de nuestros juicios,
esclavos de nuestro pasado debido a los juicios que se traen consigo y, aceptar
que los mismos pueden modificarse al reinterpretar las situaciones y en
consecuencia emitir juicios diferentes ( opiniones ) que a su vez puedan
producir nuevas situaciones.
El gran error es confundir Los juicios con las
afirmaciones que pertenecen al lenguaje de los hechos, los juicios son
declaraciones que pertenecen al lenguaje generativo pero al tomar a los juicios
como afirmaciones se anula la capacidad de aprendizaje, se elimina la
posibilidad de modificar el pasado re-interpretando su visión y a partir de allí
crear una realidad distinta. Cuando hacemos una afirmación nos comprometemos a
proporcionar evidencia y, cuando hacemos un juicio nos comprometemos, primero, a
tener la autoridad que nos permita emitir ese juicio y, segundo, proporcionar
fundamentos para ese juicio.
En la medida que modificamos nuestros juicios
modificamos nuestras acciones, y vamos modificando también nuestra identidad y
esto abre la posibilidad de que se modifiquen también los juicios que otros
tienen acerca de nosotros.
Para modificar un juicio sin fundamento y
convertirlo en un juicio con fundamento de manera en que el pasado puede usarse
la experiencia del pasado para que nos apoye para trazar el futuro hay que tener
en cuenta algunas condiciones básicas :
1. Tener claro su
propósito y finalidad, emitirlo por algo o para algo. Tener en cuenta que con el
mismo Proyectamos una acción hacia el futuro cuando lo
emitimos.
2. Sustentarlo en un conjunto de afirmaciones, que
se cotejan con un conjunto de estándares generalmente aceptados de
comportamientos para juzgar el desempeño de los individuos, que nos permiten
evaluar la efectividad de sus acciones.
3. Dominio
especifico, Cuando emitimos un juicio, generalmente lo hacemos desde un dominio
particular de observación…
Preparar el cuerpo y la emocionalidad para
entregar juicios es muy importante ello impacta en los demás, recuerda referirte
a las acciones, al comportamiento. Ten cuidado en No etiquetar, ni personalizar.
ni generalizar, ni exagerar, siempre escucha e indaga el punto de vista del
otro.
En todo caso nuestros juicios estén fundamentados siempre serán
opiniones bien fundamentadas pero siempre “opiniones”… Cuando emitimos un juicio
develamos como pensamos y sentimos, develamos quiénes somos y al juzgar nos
estamos desnudando como aquella persona con o sin autoridad para dar tales
opiniones. Los juicios tienen una doble cara porque una de sus caras mira hacia
el mundo que describimos desde nuestro punto de vista y la otra hacia el ser que
somos.
Los seres humanos tenemos de una u otra manera en mayor o menor grado
una historia de vida, expresadas en alegrías, logros, a veces en dolor,
tristeza, incertidumbre, errores y confusión, algunos aprenden a no mirarla y
evadirla para poder tener la fuerza de seguir adelante; pero solo si la
enfrentamos mirándola cara a cara, tocándola, sintiéndola, cuidándola y
aceptándola es cómo podemos cerrar ciclos y avanzar realmente de manera
sana.
Antes de juzgar revisa cual ha sido tu historia y como la has mirado
¿la has mirado cara a cara? ¿La has sentido y la has aceptado? ¿Has podido
cerrar deudas pendientes? ¿Has soltado emociones que estuvieron atrapadas? ¿De
qué manera lo hiciste? ¿Qué tiempo te tomo curarla?
Revisa como has mirado
tus tristezas, tus angustias, tus miedos, tus confusiones y errores, ¿qué has
hecho para seguir adelante y la manera en que has podido cerrar asertivamente
tus ciclos’ ¿ que juicios tuviste entonces? ¿Qué hubieras hecho diferente si
hubieras tenido los recursos, las competencias y sabiduría que hoy tienes?...
Esta reflexión te hará más empático, más compasivo y menos reactivo….
Antes
de juzgar indaga la situación, ponerte en el lugar del otro desde su
experiencia, desde su historia y reconocer que en tu vida también han existido
baches te hará menos censurador, te hará revisar tus juicios.
Antes de juzgar
revisa, el propósito, el dominio, las afirmaciones y el contexto tiempo y
espacio de los hechos.
¡Y sobre todo recuerda que todos tenemos nuestra
propia historia con etapas difíciles menos o más asertivas!
Yoly Castro.
Publicado por JEAC.