Un día, cuando yo era pequeño, mi padre, que
estaba traduciendo un dicho en sánscrito, compartió conmigo un pensamiento que
nunca olvidaré. Me dijo: «Hijo, cuando naciste lloraste mientras el mundo se
alegraba. Vive de manera que, cuando mueras, el mundo llore mientras tú te
alegras». Vivimos en una era en la que hemos olvidado en qué consiste la vida.
Mandamos sin dificultad a una persona a la luna, pero nos cuesta cruzar la calle
para saludar a un nuevo vecino. Tenemos una tecnología que nos permite estar
siempre conectados; sin embargo, en muchos sentidos, en ninguna otra época de la
historia hemos estado tan desvinculados como ahora. Sabemos más que nunca, y al
mismo tiempo menos que nunca, qué significa la verdadera grandeza... como seres
humanos.
Tomado del libro “Una inspiración para cada día” de Robin Sharma.
Publicado por JEAC.
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