En este mes de Julio en que se recuerda el bicentenario del grito libertario del pueblo de La Paz, dedicaré todo el mes a hacer un recuento de mis mejores recuerdos de esta sin igual ciudad que me vio nacer.
“….y pueblo de paz fundaron para perpetua memoria”
La ciudad de La Paz, ubicada aproximadamente a 3,800.- metros sobre el nivel del mar, es sin duda la más bella y espectacular de Bolivia. Ubicada en una especie de hoyada que cobija la ciudad y vigilada por el majestuoso Illimani que pareciera estar siempre pendiente y vigilante de los sucesos ciudadanos.
Esta ciudad es la más cosmopolita del país y es el único lugar donde se cobijan a todo tipo de ciudadanos tanto de otras ciudades de Bolivia como de otros países, sin que la gente les esté haciendo la molesta pregunta que hacen en otras regiones: “Y tú de donde eres?” En La Paz pasan desapercibidos indios, criollos y mestizos, blancos y negros, rubios y amarillos; nadie se preocupa del origen o de la procedencia de la persona, lo importante es que está allí, habitando en esa ciudad en ese momento y lo demás no interesa, para todos es un “paceño” más. Una prueba de ello es que hay y han habido alcaldes, concejales, prefectos, corregidores y otro tipo de autoridades, procedentes de los otros departamentos del país, sin que nadie haga problema por ello. En cambio la regla inversa no se cumple en algunos departamentos como Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca, donde ven al paceño con recelo y rabia cuando su único pecado es ser orgulloso de su raza y trabajador como el solo.
Pero La Paz no es solamente la hoyada y el Illimani: es también El Alto, Los Yungas, El lago Titicaca, Sorata, Copacabana, Apolo, Puerto Acosta, Charazani y tantos sitios hermosos que conforman su geografía.
Nací en esta ciudad durante la década del 50 y aquí viví innumerables aventuras, historias y anécdotas que trataré de compartirlas durante todo este mes. Espero que mi memoria no me traicione y pueda reflejar lo mejor que viví en esta “OH Linda La Paz”. Estuve ausente durante diez años de su seno, pero aquello solo sirvió para acrecentar el inmenso cariño por esta tierra que me parió, me amamanto y nutrió. Trataré de pagar tanta generosidad contando lo mejor de ella.
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