De aquellas tardes en que con los acordes del acordeón de Don
Hernán Rivera los niñitos de aquél kinder cantábamos y bailábamos en ronda,
recuerdo una en especial y es la siguiente:
Ronda de los cocineros
A la ronda ronda
giran los cocineros,
a la ronda ronda
llevan delantales,
con camisas limpias
y gorros planchados,
con mandiles limpios
y gorros planchados.
giran los cocineros,
a la ronda ronda
llevan delantales,
con camisas limpias
y gorros planchados,
con mandiles limpios
y gorros planchados.
Tin tan salavin,
tin tan salavon,
que pasó el más gordo
el más comelón...
tin tan salavon,
que pasó el más gordo
el más comelón...
Sucede que en aquellos años yo era bastante gordito y creo que
era el más gordito del curso, entonces al momento del estribillo cuando se
cantaba que “pasó el más gordo, el más comelón” , todos los demás niños me
señalaban a mí y aquello no me gustaba para nada. Así pues en cuanto se
comenzaba a entonar aquella ronda yo quería desaparecer.
Posteriormente y a partir del segundo año ya aparecieron otros
gorditos como yo y entonces se me alivianó el peso y ya empecé a disfrutar de
esa rondita señalando a alguno de los otros gorditos.
JEAC.
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