jueves, 9 de enero de 2020

La clave para no sufrir


La respuesta al sufrimiento es el apego. Creemos que cuanto más estables y fijas tengamos las cosas más durarán y menos se moverá todo, pero esa sensación de permanencia es falsa porque todo cambia en todo momento.
A veces, los cambios son radicales y rápidos. Para esos también hay que estar preparados.
Nunca recordamos que estamos de paso, que vemos que otros se van pero que algún día seremos nosotros los nos tengamos que despedir. Qué, en realidad, ese es el movimiento de la vida misma; estar siempre renovándose en un continuo renacer que implica que otros mueran.
Es magnífico apreciar cómo la naturaleza, aún destruida, renace sola. Un bosque quemado, un área devastada por la guerra, un ámbito asolado por virus, bacterias o cualquier elemento que instale la exterminación, vuelven a resurgir.
Todos estamos dentro de un círculo que se mueve con un eterno equilibrio al que atacamos muchas veces. Sin embargo, la fuerza natural puede con todo. El eterno retorno, el cíclico devenir de existencia.
Si fuésemos conscientes de que la palabra más atrapante y dislocadora que hay es: “MIO”, podríamos hacer el esfuerzo de posicionarnos en el estadio de soltar; porque, en definitiva, todo tenemos que dejarlo cuando partimos hacia el viaje final de este mundo de materia y apegos.
Tomar una actitud suave, libera. Estar abierto a todo lo que pueda pasar, ayuda. Dejar de aferrarte a lo que puedes perder, relaja.
Acepta lo que venga. No hay otro camino si quieres reducir el sufrimiento.

Tomado de la web.


Publicado por JEAC.

No hay comentarios:

Publicar un comentario