sábado, 2 de mayo de 2020

Inmunidad espiritual

La idea de enfermedad está recibiendo mucha atención en todo el mundo. Millones de personas toman diariamente todo tipo de precauciones para evitar contraer o propagar un virus. Lavarse las manos, cubrirse la boca y evitar las reuniones públicas se están volviendo comunes.
Aislarse saberse y considerarse separado, vulnerable, pequeño.
Defenderse contra la enfermedad bordea la histeria colectiva.
Defendernos, nos debilita, estar en contra de algo se vuelve en nuestra contra
Hay un virus que ha infectado a la mayoría de las personas y está causando muchos más problemas que el que se quiere e vitar:  el virus del miedo. Cuando caemos en el miedo, disminuimos nuestra inmunidad ante a las enfermedades y sus efectos. El miedo y el bienestar operan en dos frecuencias completamente diferentes, cada una con resultados muy diferentes. No puedes tener miedo y bienestar al mismo tiempo. Es uno u otro.
El Amor sin miedo, ser traduce en bienestar, el miedo empequeñece el amor, la compasión, la unicidad y la sabiduría no dual.
La mejor solución para acabar con los efectos del virus es siempre y en cualquier circunstancia:  dejar de tener miedo. 
Un curso de milagros nos dice que la curación es más una función de la mente que del cuerpo; que nada fuera de nosotros puede hacernos daño; que como seres espirituales somos completos y empoderados, independientemente de lo que nos muestran los sentidos físicos.
Cuando nuestra mente está bien, nuestro cuerpo está bien. Si bien muchas agencias de salud están diciéndoles a las personas cómo evitar contraer el virus, pocas abordan las creencias, actitudes e intenciones como elementos vitales de la inmunidad y el bienestar.
Numerosos estudios científicos demuestran prácticas como la meditación, la oración, la afirmación y la visualización mejoran significativamente nuestra inmunidad a las enfermedades y nos mantienen saludables.
No estoy sugiriendo que no se preste atención a las prácticas de salud prescritas por médicos y agencias.
Funcionan y harán la diferencia si crees en ellas. Cuídate como consideres apropiado. Recuerda que serás curado según tu creencia.
Al mismo tiempo, estate atento para no caer en el miedo.
Cuando la voz del miedo habla alto, la voz del amor debe hablar más alto para que la escuches por sobre las demás.
Replantéate el virus como una oportunidad de vivir las verdades espirituales que has aprendido.
Este es nuestro momento para manifestar nuestra Seidad. Esa que no puede verse amenazada por nada aparentemente externo.
La enfermedad no es la voluntad de Dios. La curación lo es.
La curación de la idea de que somos vulnerables, de que estamos separados, de que podemos ser amenazados y dejar de SER.
Cuando nos establecemos firmemente en nuestra identidad espiritual, desarrollamos una inmunidad espiritual que ninguna enfermedad puede tocar.
Gracias. Gracias. Gracias.

Tahíta


Publicado por JEAC.

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