jueves, 28 de marzo de 2013

50 Años del Sudamericano 63(6)

















Y llegó el día del partido contra Argentina, el 28 de Marzo de 1963, era la verdadera final de aquél campeonato. Un día antes, en Cochabamba, Brasil había resignado posibilidades empatando a dos tantos por lado contra Ecuador, mientras que Paraguay se mantenía a la expectativa luego de su victoria por 4 a 1 contra Perú.

En La Paz todo era expectativa en ese día que a pesar de ser laboral parecía un Domingo o un feriado. Las calles estaban desiertas a la hora del partido,  todos en sus domicilios pegados al radio y a la transmisión de “La verdad desde la cancha” que se día había iniciado su transmisión antes de lo habitual. En el conventillo todo era nerviosismo, grandes y chicos, hombres y mujeres, todos reunidos en torno a un radio que había sido habilitado en medio del patio. En torno a una gran mesa estaban todos los vecinos mayores sentados y tomando unos “cocteles” que habían preparado para tan magno evento. Los chicos permanecíamos sentados en el suelo muy cerca de la radio para no perdernos ningún detalle del partido. Había mucha confianza en torno al resultado, pero Argentina había demostrado que no era un equipo fácil y había ido creciendo a medida que transcurría el campeonato, convirtiéndose  a estas alturas en uno de los principales animadores del campeonato.

Comienza el partido y a los 11 minutos Castillo marca el primero para Bolivia desatando nuestra euforia, pero cinco minutos más tarde, Rodríguez empata para Argentina y vuelve el nerviosismo. Luego Blacutt pone el 2 a 1 a favor de Bolivia y recuperamos la sonrisa y la confianza. El segundo tiempo se nos torna eterno y faltando diez minutos para el final, Rodríguez nuevamente empata para Argentina. Los últimos minutos Bolivia se va con todo contra el arco Argentino y en el minuto 42 el árbitro Peruano Yamasaki cobra un penal para Bolivia. Todos dimos un gran salto y puestos de pie esperamos el resultado de la jugada. Max Ramírez cobra el penal rematando fuerte casi al medio del arco y el arquero Argentino Andrada la desvía providencialmente con los pies, enviando la pelota al corner. En ese momento me pareció que el tiempo se detenía, había estupor no solo entre los que estábamos reunidos alrededor de aquella mesa, sino también en la transmisión radial que pareció callarse sin saber que decir en aquél decisivo momento. Solo alcanzamos a escuchar “se eleva Camacho cabecea y goooool, gooool de Bolivia”. Nadie lo podía creer en un solo minuto habíamos pasado de la ansiedad a la depresión y de la tristeza a una alegría infinita. Saltamos y brincamos de alegría, los mayores se abrazaban entre todos y algunos no entendían lo que pasaba. Su mente había quedado congelada en el penal fallado y les costaba volver a la realidad. Era un griterío impresionante.  Otros preguntaban que había pasado y alguien le dio todo el volumen al radio para escuchar las explicaciones del relator.

En las fotos que acompañan este posteo se refleja claramente lo que fue aquél minuto que nadie que lo haya vivido podrá olvidar en toda su vida: primero el penal atajado, luego el centro y cabezazo  y gol de Camacho y luego el festejo Boliviano y la desazón Argentina. De ahí al final todo fue nervios, puños apretados, gestos preocupados, manos en la cabeza todos esperando que el arbitro pitara la conclusión. Cuando esta llegó se desató la euforia, nuevamente abrazos y gritos de ¡campeones!, ¡campeones! a pesar de que aún faltaba una fecha que definía todo. Algún vecino sacó un tocadiscos y los mayores se pusieron a bailar, los más jóvenes hallaron una bandera boliviana y se fueron corriendo hacia el Prado Paceño. Los más chicos nos juntamos en la otra esquina del patio a darle duro a la “tejeta” y todos queríamos ser el Camacho de aquella tarde gloriosa e inolvidable.

JEAC. 

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