miércoles, 12 de noviembre de 2014

Crónica de viaje (2)

La primera impresión al mirar hacia arriba de las ruinas, es que estas, están suspendidas hacia el cielo y sostenidas por hilos invisibles. Las terrazas perfectamente delineadas causan un efecto óptico pasmoso. Paseamos con el guía que trata de explicar lo inexplicable, que nos dice que no se sabe a ciencia cierta si esta fue una ciudad sagrada o una fortaleza de avanzada Inca. No importa mucho aquello, estamos ante una obra portentosa realizada por el hombre y eso basta. Me retraso un poco para sacra fotos y admirar mejor el paisaje, por suerte leí mucho acerca de Machu Picchu y lo que no llego a escuchar del guía no es gran cosa. Siento en el cuerpo un efecto extraño que me llena de algún tipo de energía y mi imaginación vuela y se remonta a aquellos años en los que esta ciudad estuvo habitada y creo ver a los pastores, a los agricultores, a los soldados, a las mujeres hilando, a los sacerdotes efectuando sus labores específicas… Sacudo la cabeza y vuelvo con el grupo…

Piedra en la piedra, el hombre, dónde estuvo?
Aire en el aire, el hombre, dónde estuvo?
Tiempo en el tiempo, el hombre, dónde estuvo?
Fuiste también el pedacito roto
de hombre inconcluso, de águila vacía
que por las calles de hoy, que por las huellas,
que por las hojas del otoño muerto
va machacando el alma hasta la tumba?


La caminata se extiende por casi tres horas pero no hay cansancio posible, como puede haberlo en medio de tanta belleza?  La mente se encuentra demasiado ocupada tratando de descifrar el secreto de cada roca, de cada muro, de cada sendero, como para sentir cansancio en el cuerpo. En estos momentos el cerebro trata de acumular la mayor información posible para explicar cada uno de los enigmas que encierra Machu Picchu. Pero es imposible, solo queda rendirse ante la realidad de tan colosal obra y tan hermoso paisaje…


Águila sideral, viña de bruma.
Bastión perdido, cimitarra ciega.
Cinturón estrellado, pan solemne.
Escala torrencial, párpado inmenso.
Túnica triángular, polen de piedra.
Lámpara de granito, pan de piedra.
Serpiente mineral, rosa de piedra.
Nave enterrada, manantial de piedra.
Caballo de la luna, luz de piedra.
Escuadra equinoccial, vapor de piedra.
Geometría final, libro de piedra.
Témpano entre las ráfagas labrado.
Madrépora de tiempo sumergido.
Muralla por los dedos suavizada.
Techumbre por las plumas combatida.
Ramos de espejo, bases de tormenta.
Tronos volcados por la enredadera.
Régimen de la garra encarnizada.
Vendaval sostenido en la vertiente.
Inmóvil catarata de turquesa.
Campana patriarcal de los dormidos.
Argolla de las nieves dominadas...

Fragmentos del Poema Alturas de Machu Picchu de Pablo Neruda.

Fotos: JEAC.


Publicado por JEAC.

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