martes, 13 de enero de 2015

El placer de ir

En 1887 nació, en Salta, el hombre que fue Salta: Juan Carlos Dávalos, fundador de una dinastía de músicos y poetas.

Según dicen los decires, él fue el primer tripulante de un Ford T, el Ford a bigote, en aquellas comarcas del norte argentino.

Por los caminos venía su Ford T, roncando y humeando. Lento, venía. Las tortugas se sentaban a esperarlo.

Algún vecino se acercó. Preocupado saludó y comentó: -Pero don Dávalos...A este paso, no va a llegar nunca-. Y él aclaró:

-Yo no viajo por llegar...Viajo por ir.

Tomado del libro de Eduardo Galeano “Los hijos de los días”.


Publicado por JEAC.

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