domingo, 31 de mayo de 2015

Vampiros


En el verano de 1725, Petar Blagojevic se levantó de su ataúd, en la aldea de Kisiljevo, mordió a nueve vecinos y les bebió la sangre. Por orden del gobierno de Austria, que por entonces mandaba en aquellos pagos, las fuerzas del orden lo mataron definitivamente clavándole una estaca en el corazón.
Petar fue el primer vampiro oficialmente reconocido, y el menos célebre.
El más exitoso, el conde Drácula, nació de la pluma de Bram Stoker, en 1897.
Más de un siglo después, Drácula se jubiló. No le preocupaba para nada la competencia de los vampiritos y vampiritas cursilones que Hollywood estaba fabricando; pero en cambio sí que lo angustiaban otras hazañas insuperables.
No tuvo más remedio que retirarse. Sentía un incurable complejo de inferioridad ante los poderosos glotones que fundan y funden bancos y chupan la sangre del mundo como si fuera pescuezo.

Tomado del libro “Los hijos de los días” de Eduardo Galeano.


Publicado por JEAC.

No hay comentarios:

Publicar un comentario