lunes, 8 de agosto de 2016

Somos autores

La insatisfacción de un ser humano se evidencia de muchas maneras: con la ira a flor de piel, con la queja constante, con la culpabilización y la autoculpabilización, con los “sí, pero…”, con la idea de que algo o alguien cambie…  en definitiva, la expectativa puesta total y exclusivamente afuera de uno mismo. Sabiendo que estos comportamientos no nos otorgan resultado ninguno, seguimos haciendo lo mismo prefiriendo la comodidad al verdadero y honesto cambio.
Nada ni nadie puede transformar algo en su vida si no comienza por aceptar y reconocer que es el responsable o el generador de eso que vive.  No querer asumir la responsabilidad es la manera de perpetuar actuando la insatisfacción con los mismos comportamientos dolorosos y repetitivos.
No aprendimos a tener metas claras. Más bien sabemos tener objetivos socio-culturales impuestos, que no llegan a la raíz profunda de la plenitud porque no son elecciones propias. Hacer una carrera, encontrar trabajo, tener una relación de pareja, los hijos, una casa y un auto e independencia económica…son viejos paradigmas de felicidad que no siempre “funcionan”. simplemente porque no era lo que queríamos hacer, sino que lo hicimos por imposición automática.
Y cuando la vida no resulta a tu manera, te es más fácil reaccionar, criticar, enojarte, deprimirte quizás o esperar… Decidir que Todo es nuestra responsabilidad es dar un paso hacia la Libertad. Somos totalmente libres de vivir la vida que queremos vivir.
Seguir creyendo que “algo o alguien” nos da o nos quita amor, dinero, trabajo, salud, etc…es continuar apostando al sufrimiento y a la esclavitud de creer que carecemos del Poder de Crear.
La vida es interesante, para Quien la hace interesante.
…es alegre para Quien le pone alegría.
…es amable para Quien ama.
…es profunda e intensa para Quien decide aprender con cada circunstancia que uno mismo se presenta.
La vida es plena para Quien se otorga la Autoría de sus experiencias. E inmediatamente la queja desaparece, la ira se diluye, la esperanza cae rotundamente y lo más determinante: ya no hay nadie más a quien culpar.
La disconformidad es tu Autoría. La plenitud, también.

Alicia Orfila.

Publicado por JEAC.

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