jueves, 30 de julio de 2020

Adán


Cuando, en 1512, Miguel Ángel finalmente completó el fresco del techo de la capilla Sixtina, considerada una de las obras más famosas de la historia del arte, los cardenales responsables de revisar las obras pasaron horas mirando y admirando el magnífico fresco. Después del análisis, se encontraron con el maestro de las artes, Miguel Ángel y, sin ninguna vergüenza, dispararon:
¡RE-FA-ÇÇA!

El descontento, obviamente, no fue con todo el trabajo, sino con un detalle, aparentemente sin importancia. Miguel Ángel había diseñado el panel de la creación del hombre con los dedos de Dios y Adán, tocándose. Los sanadores exigieron que no hubiera contacto, pero que los dedos de ambos se mantuvieran separados y más: que el dedo de Dios siempre se estiraba al máximo, pero que el dedo de Adán tenía la última falange contraída. Un detalle simple pero con un significado sorprendente:
DIOS ESTÁ ALLÍ, PERO LA DECISIÓN DE BUSCARLO DEPENDE DEL HOMBRE.
Si quiere, estira su dedo, lo TOCARÁ, pero NO QUERIENDO, puede pasar toda la vida sin buscarlo.
La última falange del dedo contraído de Adán representa el libre albedrío.

Autor desconocido.


Publicado por JEAC.

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