viernes, 29 de enero de 2010

Alfredo Domínguez y el Folklore

Revisando mi colección de música, me encontré con esta verdadera joya musical que data del año 1966 y que es una grabación de Alfredo Domínguez, Ernesto Cavour y el “Gringo” Favre. Este trabajo fue realizado meses antes de la creación de “Los Jairas” el grupo folklórico pionero y más emblemático de nuestro folklore. En este disco puede escucharse el tema “Rosendo Villegas Velarde” que por ahí en alguna radio escuché como tema de Los Jairas y ellos nunca lo grabaron, sí este trío que fue el inicio del posterior “boom folklorico” que vendría con Los Jairas. En la foto Alfredo sentado al centro con su inseparable compañera: la guitarra. Pero veamos que dice la contraportada del disco contándonos algunas anécdotas sobre la grabación de esta joya.

LO ANECDÖTICO DEL DISCO FOLKLORE

Alfredo Domínguez, el admirado guitarrista que había actuado mucho tiempo solo en diversos escenarios, pero siempre con ese sello tan particular en él, de darse al arte por propia vocación al impulso de su deseo de expresarse naturalmente, ensayaba un día en ese su segundo hogar que es la Peña "Naira", cuando casualmente llegó Cavour a hacer lo propio.
Más a modo de simple diversión inconsciente, que con objetivo determinado, empezaron a combinar sus melodías e improvisaciones llegando a sorprenderse ellos mismos del resultado de aquél espontáneo dialogar de sus instrumentos. El Gringo que había presenciado el nacimiento de aquella revelación, alienta al dúo con la generosidad que lo caracteriza y a su vez nace en Domínguez la idea de incluir la quena en el flamante conjunto que se amplía así y nace el trío Domínguez, Cavour, Favre, quienes sumando sus expresiones tan genuinas y depuradas están llamados a armonizar uno de los mejores conjuntos. A instancias del Gringo y sin tomar en cuenta calidades de la voz y solo el sentimiento, Alfredo empieza también a cantar; como ellos dicen "De dentro afuera con hondo sentimiento" y surge la nueva expresión del artista, el canto, tan natural y simple como la expresión de su guitarra.
Los tres, magníficamente complementados inician así una carrera brillante, abismados en una lealtad inconmovible a su propio arte folklórico, hasta que el señor Wilfredo Ocampo, plantea la posibilidad de hacer con ellos un disco respetando íntegramente la sensibilidad y la expresión de los tres artistas.
A la feliz iniciativa sigue la casualidad de que el señor Rodal, propietario de Industrias Fonoeléctricas Imperio, acababa de adquirir un moderno equipo estereofónico para estrenar, el cuál había solicitado la colaboración de un técnico altamente especializado. El ingeniero Juan Araníbar, quién en el corto tiempo que debía permanecer en Bolivia para poner en marcha los nuevos equipos que en nada tenían que envidiar a los mejores extranjeros, se brindó a realizar la grabación. La oportunidad era inmejorable y el esfuerzo de los artistas, del patrocinador y los técnicos se volcó con pasión hasta lograr este disco que aparece con la resolución de demostrar como nuestro folklore no necesita ni ribetes, ni adornos de ninguna clase para ganar popularidad y hacer admirar nuestra música que estamos seguros, paseará victoriosa dentro y fuera de Bolivia.

Quise aprovechar también para con este posteo recordar los 30 años de la desaparición del gran artista. Alfredo…estás con nosotros en cada nota de tu guitarra.

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