lunes, 27 de junio de 2011

Que pena River...



Histórico….así titularon algunos periódicos el descenso de River Plate a la categoría “B” de su país. Y realmente esta noticia conmocionó y conmovió a todos. Se va uno de los grandes y todos esperamos tenga la grandeza necesaria para volver triunfante y ser de nuevo el gran animador de los torneos de Primera de la AFA. Esa grandeza que ayer no tuvieron sus hinchas que pensaron que con matonaje y desórdenes podrían revertir la situación. El fútbol Argentino dio una demostración de transparencia pues de nada valieron los berrinches de Pasarella, la intimidación a los árbitros y el pretender “ayudar” a su equipo no dejando dormir al contrario. Vale la situación para que River demuestre igual que San Lorenzo o que Racing que también descendieron pero sin hacer tanta “alaraca” y volvieron pronto, como deben hacerlo los equipos que se autodenominan grandes.

No me confieso como hincha de River, pero aprendí a querer a esta institución cuando tenía muy temprana edad, allá por el año 1966, fue cuando descubrí en un negocio de revistas usadas las hermosas ediciones de las revistas deportivas Argentinas “El Gráfico” y “Goles”. Apenas leí un ejemplar de cada uno de ellos y me enamoré del fútbol Argentino y de sus protagonistas; y en esos años uno de los grandes protagonistas era sin duda River Plate. Viene a mi memoria aquél equipo del 65-66 que contaba entre sus jugadores con el gran arquero Carrizo, defensores como el uruguayo Matosas y Guzmán, mediocampistas como Solari y Sarnari, y sobre todo ese gran cuarteto de ataque que estaba constituido por el Uruguayo Cubillas, los hermanos Daniel y Ermindo Onega y el “Pinino” Mas. Que equipazo, por favor, y tenía la mala suerte de no poder salir campeón, pero su fútbol era sin duda de los mejores. Que grande aquél equipo, que fue la base de la selección Argentina de 1966 que jugó el mundial de Inglaterra haciendo un gran papel. Los posteriores equipos de River fueron casi siempre mis preferidos en los campeonatos de “tapillas” que organizábamos con mis primos y en los que los equipos de la Primera División del Fútbol Argentino eran nuestros preferidos.

Y ahora el equipo se fue al descenso, producto principalmente del pésimo manejo de la gente que dirige la institución: nuestro gran conocido en Bolivia Pasarella por aquello de “la pelota no dobla, no se puede jugar en la altura de La Paz”, fracasó rotundamente y es a él principalmente sobre quién tienen que cargarse las culpas. Este fracaso no es producto de la campaña de este último campeonato sino que deviene de tres o cuatro temporadas atrás, y del fracaso de los presidentes de turno Aguilar y Pasarella. Esta vez la pelota no dobló en pleno Buenos Aires…¡¡¡ échale la culpa a la altura Daniel….!!!

Que pena por River, ojalá sea hasta un pronto retorno y de la mano de otros dirigentes….

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