lunes, 22 de marzo de 2010

En Homenaje a Luis Espinal


Hacen ya treinta años que trataron de matarte. ¡¡¡Ilusos¡¡¡ lo único que consiguieron fue pasarte a la inmortalidad, porque las ideas no mueren y las tuyas hoy están más vigentes que nunca.
Hoy mi recuerdo por estos treinta años en que no estás físicamente, pero sí en espíritu, ese espíritu que sirve para guiar nuestras ideas y nuestros objetivos. Aún te veo frente a tus jóvenes discípulos en el recordado "Cine Club 16 de Julio" dando cátedra sobre el cine, allí fue donde te conocí.
Para recordar esta fecha elegí un poema que escribió Coco Manto a pocos días de tu desaparición y que reza así :

Las espinas de Espinal (Coco Manto)

Desde ayer que no aparece,
que amarga se hace la espera
y en el rumor sin frontera
la mala sospecha crece.

Hay que encontrar a Espinal,
lleva su humildad por traje,
tiene ojos color coraje
y un aire de manantial.

Suele ser Lucho Espinal
solidario en las arenas,
en las malas y en las buenas
de su pueblo mineral.

Es una tea encendida
sobre el pesar de las brumas,
en las altivas columnas
espinales de la vida.

Puede estar Lucho Espinal
con su silencio maduro,
sentado en el extramuro
de algún barrio marginal.

El palpita en la amistad
de hombres, niños y mujeres,
sus manos son dos talleres
que fabrican libertad.

Hay que buscarlo de lleno,
dando el combate de frente
con la granada inminente
de su corazón de trueno.

Si encuentras a alguien así,
si lo hallas en tu sendero,
danos de su paradero
todas las señas "Aquí".

Ay espinas de Espinal,
letras del abecedario
cuando escriba el proletario:
Liberación Nacional.

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