viernes, 5 de marzo de 2010

Tiempo de Cuaresma


Cada año que pasa nos encuentras, Señor, recomenzando nuestra necesaria Cuaresma.
Cada año nos encuentras recorriendo diferentes caminos, diferentes etapas de nuestra vida.
A veces la vemos gris, complicada, sin sentido...y de pronto vienes Tú a despertarnos, a sacudir nuestra apatía.
Estos son los días de salvación: "He aquí que estoy a la puerta de tu corazón y te llamo".
Nos llamas, Señor, pero estamos abatidos.
Envíanos tu Espíritu, que él nos lleve hasta el silencio de nuestra verdad.
Nos llamas, Señor, pero nuestras cadenas no nos dejan abrir la puerta.
Ven Tú mismo a cortar nuestras ataduras; pon en nosotros un corazón sincero.
Nos llamas, Señor, nos hablas desde el otro lado de nuestra puerta.
Nos pides pan en la voz quebrada de nuestro hermano pobre, nos pides acogida para nuestros hermanos sin vivienda.
Nos pides compartir nuestro corazón con el hermano en soledad.
Nos pides que te escuchemos en el llanto de nuestro pueblo.
Danos hoy vivir esta Cuaresma, contigo y con la Iglesia, para que sea verdadera conversión.
Que, a partir de mirarte de nuevo a Ti, comencemos a caminar, compartiendo el camino con todo nuestro pueblo.
Enséñanos a dar de nuestro sustento y a no contentarnos con regalar de lo superfluo.
Ayúdanos a ser fraternales, no solo con nuestros amigos, sino también con los que piensan diferente o son nuestros enemigos.
Señor, que, caminando contigo esta subida hasta tu Pascua, podamos con todos los creyentes convertirnos en servidores del mundo por el testimonio de nuestra vida.
Amén.

Esteban Gumucio SS. CC.

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