En Italia 90, cuando todos esperaban que uno de los finalistas sería el equipo anfitrión, no sucedió aquello y la final por segunda vez consecutiva, la protagonizaron los equipos de Alemania y Argentina que ya se habían enfrentado cuatro años antes y la victoria había favorecido a la Argentina. Esta vez la victoria le sonrío al representativo Alemán que se coronó como campeón de este mundial. La Argentina de Bilardo no pudo repetir lo hecho cuatro años antes y sin embargo hizo un buen campeonato dado que estaba también en etapa de recambio generacional. Este campeonato fue como el futbol Italiano, deslucido y conservador, no hubieron grandes equipos, a Alemania le bastó con su historia y su ímpetu para coronarse campeón.
Como en anteriores oportunidades, seguí este mundial por radio y televisión, más por radio ya que los cables ya se habían “adueñado” de las principales transmisiones deportivas. Los horarios y mi trabajo hicieron de que el seguimiento fuera solo de los partidos importantes. La facilidad para conseguir revistas deportivas eran cada vez más escasas por lo cuál la información fue muy limitada.
La mascotita del mundial: “Mecano”, pasó desapercibida, lo que si brilló fue el bonito diseño de la camiseta Alemana que causo sensación especialmente en nuestros campeonatos de futbol de barrios. Todos querían tener una camiseta similar o igual a la Alemana.
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