jueves, 19 de abril de 2012

Poema para un día de paro del transporte

Hoy se cumplió el primer día de paro del autotransporte de los dos que nos prometieron quienes piensan que son los dueños de las calles del país, los transportistas, y hoy también se recuerda el día mundial de la bicicleta….que curiosa coincidencia… Elegí un poema de José Pedroni,, argentino ya fallecido él, que nos lleva por un mundo de sueños con la bicicleta. Hoy el abnegado pueblo que acude a sus fuentes de trabajo diariamente hubiese querido tener una bicicleta con alas, y así sacarles la lengua a los transportistas que se creen ser “la madre del cordero” y abusan cuando quieren del sufrido pueblo trabajador que sí o sí debe presentarse en sus puestos de trabajo. Llegará el momento en que nosotros los usuarios nos levantemos y les pongamos el freno necesario a esta gente que no tiene ninguna consideración.

Pero volviendo al tema aquí está este hermoso poema que como no quisiéramos todos que se hiciera realidad especialmente en nuestra querida ciudad de La Paz:

LA BICICLETA CON ALAS (José Pedroni)

La bicicleta un día va a volar.
La bicicleta de todos.
Ya lo verán.
Le están saliendo las alas.
Son de verdad.
El niño quiere que vuele,
y volará.
El niño irá por el aire
a comprar el pan;
dará una vuelta al campanario
de paloma y de cal.
El niño y la paloma
sobre la ciudad.
El niño acompañando al ganso blanco
Eso se verá.

Le están saliendo las alas.
Ven a mirar.
Mira como el lirio de los campos.
No pienses mal.
Las alas tienen miedo de algo.
Salen y vuelven a entrar.
Miedo de nosotros,
quizás.

Tan pronto los hombres
ganen la paz,
la bicicleta de todos volará.
La que duerme en la puerta de los cines
volará.
La del cartero
volará.
La de la reina Guillermina,
volará.
La mía y -la tuya-
volará.
Por arriba del humo y los cables
me verás.
La bicicleta tendrá un solo nombre:
Libertad.

El ángel de las aguas
ya no se irá.
Calle ancha del cielo
para mirar.
Flores que nunca vimos
aquí, allá.
Habrá tiempo para mirar.
Cuánto tiempo perdido,
ay!

Tan pronto los hombres
dejen de guerrear,
la bicicleta del mundo
volará.

Todos los pueblos tendrán un velódromo
donde los niños correrán.
De allí alzarán el vuelo.
Darán una vuelta sobre el mar.
Si no lo hubiera
sobre el trigal;
irán donde lo hayan y volverán.
Ir y volver
será como cantar.
Porque la bicicleta tendrá alas de verdad.
La del cartero, la de la reina Guillermina.
Nadie se caerá.
Todo es cuestión que los hombres
ganen la paz.

JEAC.

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