domingo, 10 de febrero de 2013

El origen de la danza de La Diablada (Parte 1)

El origen de la diablada viene de forma paralela con el origen del carnaval de Oruro, ya que la danza de la diablada muestra una cosmovisión profundamente entroncada con el culto andino del maligno "supay" , de "Wari" dios de las montañas y el diablo de la liturgia católica.
La religión católica implantada por la Corona española en sus colonias, fue diseñada como un sistema educativo para la conversión de indígenas adultos depurando sus costumbres paganas mediante, por ejemplo, los autos sacramentales y procesiones o entradas.
Los conquistadores querían cristianizar a los indios; practicaban la catequesis del cristianismo contra el paganismo. Pero el mutuo influjo religioso produjo un sincretismo peculiar en nuestra sociedad.
Desarraigados de sus ayllus, los mitayos al servicio de los conquistadores invocaban en los socavones a su legendario dios de las profundidades: "Wari", trasuntado en el dueño de los parajes o el "tío".
Ocurrió así que el tío fue convertido en deidad benefactora del mitayo, quien le solicitaba protección y riqueza, ofreciéndole a cambio chicha, alcohol y coca. Al pasar los años, el hombre andino adoptó la fe católica como estrategia de supervivencia, conjuncionando festividades nativas, como el "jatun poccoy" (florecimiento) con el carnaval europeo traído por los conquistadores.
El drama teatralizado de la lucha entre el Arcángel San Miguel y la Virgen de la Candelaria, frente a los diablos y satanaces, tiene una doble interpretación. En el sentido cristiano, resultaría ser exponente de los siete pecados capitales de la corte del "Príncipe rebelde Luzbel".

Pero como una sátira al conquistador, la diablada implica una rebeldía del mitayo minero que, disfrazado de diablo contra sus opresores, utilizaba la danza religiosa para expresar su ansia de libertad y de lucha para lograrla. 

(Resumido de libros y textos.)

JEAC.

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