miércoles, 6 de febrero de 2013

Serrat-Mi niñez

Vuelvo a mi querida música para el blog, esta vez con un tema de Serrat grabado el año 70 en el disco del mismo nombre y que nos habla de esos recuerdos tan lindos que todos tenemos de nuestra niñez.

“Una de las grandes canciones de Serrat. Sin duda la más autobiográfica. Con un discurso poético y musical ejemplar, los recuerdos se mecen en sus estrofas con lucidez y hondura. Hay un retrato de su infancia agridulce, aunque no amargo ni turbio. Hay confesiones y es como si el alma del autor se nos desnudase, es un auténtico confesionario público de su infancia, de las inquietudes, sueños y miserias del niño que fue. Las descripciones en “Mi niñez” poseen un lirismo sincero, nada rebuscado y pocas veces un cantautor ha reflejado su infancia con tanta sensibilidad como Serrat en esta canción, sin caer en sentimentalismos fáciles, recurso que parece inevitable cuando se evoca el tiempo que se ha ido. Al final una pregunta amarga que nos sacude: ¿Dónde, dónde fue mi niñez?”.

Mi niñez (Joan Manuel Serrat)

Tenía diez años y un gato
peludo, funámbulo y necio
que me esperaba en los alambres del patio
a la vuelta del colegio.

Tenía un balcón con albahaca
y un ejército de botones
y un tren con vagones de lata
roto entre dos estaciones. 

Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines
y una historia a quemar temblándome en la piel.
Era un bello jinete
sobre mi patinete
burlando cada esquina
como una golondrina
sin nada que olvidar
porque ayer aprendí a volar,
perdiendo el tiempo de cara al mar. 

Tenía una casa sombría
que madre vistió de ternura
y una almohada que hablaba y sabía
de mis sueños de ser cura.

Tenía un canario amarillo
que solo trinaba su pena
oyendo algún viejo organillo
o mi radio de galena. 

Y en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo,
una acequia, un establo y unas ruinas al sol.
Al viento los ombligos
volaban cuatro amigos
picados de viruela
y huérfanos de escuela,
robando uva y maíz,
chupando caña y regaliz.
Creo que entonces yo era feliz. 

Tenía cuatro sacramentos
y un ángel de la guarda amigo
y un "Paris-Hollywood" prestado y mugriento
escondido entre mis libros.

Tenía una novia morena
que abrió a la luna mis sentidos
jugando los juegos prohibidos
a la sombra de una higuera. 

Crucé por la niñez imitando a mi hermano.
Descerrajando el viento y apedreando al sol.
Mi madre crió canas
pespunteando pijamas,
mi padre se hizo viejo
sin mirarse al espejo,
y mi hermano se fue
de casa, por primera vez. 

Y ¿dónde, dónde fue mi niñez?
JEAC.

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